Nueva Zelanda es menos de lo que imaginábamos, Perú fue menos de lo que esperábamos. El 0-0 del repechaje de ida en Wellington no le miente a nadie, fue exacto reflejo del juego limitado de los kiwis y confuso de los incas. Pareció una película repetida de otras repescas. Con disciplina táctica, corriendo más que jugando, sin su mejor valor (Chris Wood) en el campo durante 70 minutos, los del otro lado del mundo complicaron. El mejor elogio a los oceánicos es decir que Perú siempre se sintió incómodo en el partido y nunca estuvo cerca de resolverlo a su favor. Se vuelve con la ilusión intacta la Blanquirroja, pero con el rostro adusto. No obstante, el saldo es favorable para ambos.

Con la ida de Australia a la eliminatoria asiática, Nueva Zelanda tomó su sillón de mando en Oceanía. Y pese a sus escasos fundamentos técnicos, lo ha hecho bien. Pensemos que es un pequeño país de 4,5 millones de habitantes (siete veces menos que Perú demográficamente), que no tiene un roce futbolístico calificado: sus rivales frecuentes Islas Salomón, Vanuatu, Tonga, Samoa, Tahití... Son más graciosos en el hula hula que con la pelota. Nueva Zelanda está en el puesto 122 del ranking mundial y Perú es el 10º; en este primer choque no se notó. Sin tradición y con mínimo dominio de balón, se la complicaron a la selección de Vargas Llosa (¿habrá madrugado en España para ver el partido…?).

A favor de los de Gareca debe contabilizarse que asimiló sin notorias evidencias el golpe anímico que significó la traumática noticia del antidopaje positivo de Paolo Guerrero, su estrella, capitán y goleador. El equipo no tuvo circuitos de juego en tres cuartos de campo, donde se hornea el fútbol, ni estuvo fino con la pelota, y por ello no encontró los caminos del gol. Pero no porque estuviese bajoneado. Son los buenos oficios del DT, que mira siempre hacia adelante sin detenerse a derramar lágrimas ni perder energías en contrariedades. Nos parece escuchar la arenga del Flaco: “Paolo no está y hay que sacarlo adelante sin él”. Así piensa un líder positivo.

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“No estoy disconforme con el resultado”, declaró Gareca con realismo y calma. Sabe que la posibilidad de definir en Lima no es un tópico menor. Aunque imaginamos que no será fácil. Nueva Zelanda se va a plantar más atrás, ocupará todos los espacios posibles, le complicará las llegadas. Y no le están sobrando llaves para abrir puertas. En los últimos tres duelos, Perú marcó un gol (de tiro libre, el de Guerrero que no debió tocar Ospina), pero en esos 270 minutos solo contó con dos situaciones de gol, ambas de Farfán, una ante Argentina, otra ante los neocelandeses.

El análisis individual tiene poca relevancia ahora, estos son los jugadores que tiene Perú y los que alineará el miércoles en la revancha. Tal vez intente con un lateral más agresivo como Advíncula en lugar de Corzo y con Ruidíaz acompañando en ataque a Farfán.

De todos modos, el cero en el arco del buen meta Marinovic no debe asombrar; la historia de los repechajes cuenta que, aunque siempre se consideran inferiores a los rivales, nunca fue accesible marcarles goles de visita. Chile quedó en cero con la Unión Soviética allá, Colombia no le anotó a Israel en Tel Aviv, Uruguay en dos visitas a Australia no festejó, Perú ahora tampoco, Argentina apenas consiguió un gol en Sídney en 1993. La confrontación intercontinental parece sencilla, aunque es complicada. A Perú le queda espacio para la serenidad: un triunfo en Lima, por cualquier resultado, lo lleva hasta Rusia. Pero es la hora de despertar: lleva tres partidos sin convencer. La noche frente a Argentina en La Bombonera fue dominado todo el tiempo y recibió ocho situaciones de gol. Ante Colombia no tuvo juego y dejó una mejor sensación el equipo de Pekerman. Y este de ayer en los extramuros del planeta. El repechaje siempre es la última bala, Perú tiene que usarla el miércoles. Tampoco debe olvidar que con cualquier empate con goles entra Nueva Zelanda.

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Por diversas razones sería importante la clasificación peruana: 1) Con su llegada a Rusia, Sudamérica rescataría a otro país de buen nivel futbolístico que se suma a todos los demás. Se hace más fuerte el continente. 2) Porque reconforta más tener cinco selecciones en el Mundial que cuatro. 3) Porque Sudamérica siempre pelea en FIFA lo político desde lo futbolístico. Por eso se la respeta. 4) Por una cuestión afectiva hacia un país tan futbolero como el Perú.

Jueves y viernes vimos las repescas europeas. Muy interesante como reflejo del nivel que debemos esperar en el Mundial. Llamativamente pobres en general, aun siendo conscientes de que no son los mejores exponentes. Y de la tensión que implican estas instancias. Son partidos de tan alto riesgo que impiden lucimientos. Italia está en la cornisa; de sí misma depende ponerse a salvo. La tiene muy dura, es una Italia menesterosa, que no llega a fin de mes con este equipo. No tiene una idea. Le quedan el oficio y la rispidez para defender con Barzagli, Bonucci, Chiellini (que tampoco son ningunos mariscales tipo Scirea o Baresi). El medio, la usina, ya no dispone de un Antognoni, un Baggio, un Del Piero, un Totti, un Pirlo. Entonces el tránsito de defensa a ataque se le hace tortuoso, desabrido, sin chispa. Por eso, si puede, Italia nacionaliza hasta el utilero: no tiene recursos propios. Para su desvelo, en Milan tampoco estará Verratti (sumó su segunda amarilla), el organizador más lúcido de que dispone. El 0-1 en Estocolmo no es en absoluto irremontable, Suecia tampoco es el Ballet Bolshoi. Ganó apenas por actitud y por un disparo que se desvió en De Rossi y se le coló al veterano Buffon. Pero podemos anticipar que, si clasifica, Italia no será candidato al título. Tampoco Suecia. El fútbol italiano debe replantearse por qué le surgen tan pocos talentos, y también el estilo.

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La modestísima Irlanda del Norte cayó en casa con Suiza por un penal inexistente sancionado por un juez rumano. Ninguno se sale de la medianía. Y Croacia, llena de buenos jugadores, reaccionó al fin y goleó 4-1 a una Grecia sin ninguna virtud. La Croacia de Modric, Rakitic, Perisic seguro estará en Rusia.

Respetando a los europeos –y a todos–, los sudamericanos pueden ir con aspiraciones al Mundial. El fútbol de selecciones es notoriamente más parejo que el de clubes. Brasil debe compartir el cartel de favorito con Alemania, España y Francia. Con actitud, Uruguay, Argentina y Colombia están para discutir. Es cuestión de atreverse.

El repechaje siempre es la última bala, Perú tiene que usarla el miércoles. Tampoco debe olvidar que con cualquier empate con goles entra Nueva Zelanda.

(O)