Han tenido que pasar 27 años para que se recuerde una de las gestas deportivas más destacadas del béisbol ecuatoriano; la del domingo 22 de julio de 1990, cuando un grupo de niños conquistó de manera emotiva el Campeonato Sudamericano Infantil al doblegar en la final a Brasil 8-7, en el último episodio, en el Aurelio (Yeyo) Úraga.

En este torneo participaron Argentina, Chile, Perú, Brasil y el anfitrión Ecuador. Para mayor formalidad y seriedad tuvo la supervisión de Edmundo Aoki, presidente de la Confederación Sudamericana, quien entregó placa de reconocimiento para el notable dirigente local Juvenal Sáenz Gil. El Comité Organizador lo presidió José de la Gasca, quien además era el titular de la Federación Ecuatoriana. El torneo tuvo el nombre del doctor Julio Ochoa Romero, esforzado directivo, de muy grata recordación. El juramento deportivo lo tomó del periodista ecuatoriano radicado en Los Ángeles José Freire.

Los integrantes de la Selección fueron Daniel Castro, Ricardo Medina, José Antonio Feraud, Fernando Centeno, Gabriel Roldós, Fabián Rendón, Cristian García, Andrés Icaza, Carlos Chang, Roberto Ponce, Miguel Sáenz, Óscar del Hierro, Juan Carlos Velarde y Érick Esparza. El cuerpo técnico lo conformaron Alfredo Benguechea (+) Luis Calamaris y Manuel Mora.

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El primer partido del combinado nacional fue contra Perú. El conjunto sureño se adelantó 7-1 hasta que la ofensiva ecuatoriana despertó y convirtió una segura derrota en un triunfo sensacional en los dos últimos episodios. Miguel Sáenz impulsó a Fernando Centeno la carrera de la victoria 8-7; hubo un relevo notable de Andrés Icaza.

En el segundo duelo derrotaron a Chile 12-4. El plan fue dejar los mejores lanzadores para los encuentros más difíciles. Y en verdad que los otros rivales también se pusieron muy complicados. Ecuador superó a Argentina 8-7. Mientras la Tricolor ganaba todos sus desafíos, aunque con muchas complicaciones, la novena auriverde también doblegaba a todos sus rivales.

La final contó con escenario lleno. El marcador se movió en casi todos los turnos y en el último episodio la pizarra estaba empatada a 6. Ecuador fue al cierre y Gabriel Roldós llegó al primer cojín al ser golpeado por el lanzador. Avanzó a la segunda por un robo de base y a la tercera por descontrol del lanzador Marcio Kosuda.

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La carrera del triunfo estaba cerca. El turno para batear era para Ricardo Medina. El mánager Alfredo Bengoechea dirige su mirada a la banca en busca de un emergente que le asegure concretar la carrera. Fueron fracciones de segundo para tomar una decisión que pudo cambiar el resultado final. Se encaminó al bateador para decirle: “Te tengo mucha confianza. Recorta el bate y ¡pégale sin miedo!”. Con una gran convicción Bengoechea dejó a Medina. En el segundo lanzamiento Medina sacó el bate y conectó sólida por encima del lanzador brasileño Kosuda, quien pese a gran estirada no alcanzó a atrapar la pelota que pasó sobre el segundo cojín para convertirse en hit de oro.

Aprovechó Roldós para anotar la vuelta que le dio al Ecuador el sudamericano infantil, ante la algarabía de los aficionados que se lanzaron al campo de juego para abrazar a sus pequeños héroes deportivos. Medina fue levantado en hombros. Todos se abrazaban y saltaban y hasta algunas lágrimas de alegría rodaron. Llovieron los aplausos, felicitaciones, homenajes, agasajos y ofrecimientos, pero muchos no se cumplieron.

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Esta memorable actuación del béisbol infantil debió servir para que se le otorgue a este deporte, que ha entregado varios títulos internacionales, una mejor infraestructura, un mayor régimen de competencias, más implementación, superior apoyo técnico, presencia de capacitados entrenadores, pero lamentablemente con el tiempo la emoción y las promesas se apagaron.

Los directivos de la Liga Miraflores entregaron un reconocimiento público a los campeones de aquel Sudamericano infantil en el marco de la ceremonia de inauguración de la 44ª temporada oficial, el sábado anterior. Con seguridad, a la hora de imponer las medallas, se tocó el botón de viejos recuerdos en quienes fueron protagonistas y testigos de esa notable conquista. El acto nos permitió recrear momentos conmovedores y emotivos, así como detalles y anécdotas de esa fecha memorable para el béisbol nacional. (O)

El domingo 22 de julio de 1990, un grupo de niños conquistó de manera emotiva el Sudamericano Infantil al doblegar en la final a Brasil 8-7, en el último episodio, en el Aurelio (Yeyo) Úraga.