Erica de Sena, sexta este viernes en los 20 kilómetros marcha del Mundial de Pekín, compite por su país, Brasil, pero desde hace cuatro años se siente también ecuatoriana, país en el que vive con su novio, el también marchista Andrés Chocho.

Se conocían de competiciones internacionales y empezó una relación con él en el año 2010. Apenas unos meses después ya estaba haciendo las maletas para irse a vivir a Cuenca (Ecuador), para estar a su lado.

Lo que no sabía Erica es que allí iba a encontrar tan rápido su hogar y que iba a ser tan feliz que ya se siente una ecuatoriana más, pese a que en su perfecto español se perciba todavía su acento pernambucano.

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"Me fui a Cuenca en 2011 para entrenar y, bueno, soy la novia del marchista Andrés Chocho. Por él me fui a Cuenca", explicó a la AFP en el estadio de Pekín donde acababa de lograr una brillante sexta posición.

Por eso sufrió muchísimo el domingo cuando Chocho, que es además su entrenador, fue descalificado a falta de cuatro kilómetros, cuando estaba en plena lucha por las medallas.

"Me quedé muy triste y en parte fue muy injusto. Él es un deportista que viene mejorando muchísimo la técnica y venía muy preparado. Iba delante, para pelear por una medalla. Y lo descalificaron, fue injusto", dice, en el único momento en el que deja de sonreír.

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Ecuador tenía una representante este viernes en la carrera de la marcha femenina, Paola Pérez, que quedó decimosexta y logró el mejor resultado de una mujer de su país en un Mundial de atletismo.

Pero si algo tiene claro Erica de Sena es que su sexto puesto también es ecuatoriano, país al que dice amar "cada día más".

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Ciudad encantadora

"Cuenca es una ciudad fantástica. Es muy hermosa, me encanta vivir en Cuenca. Cuando vivía en Brasil tenía un gran problema para entrenar porque en Brasil, como casi no se conoce la marcha, no se puede salir marchando por cualquier calle y en Cuenca sí. En Cuenca puedes entrenar donde te dé la gana y no hay problema. Todo el mundo te apoya y la gente ya me conoce, como si fuera una cuencana más. Es muy lindo", asegura.

"Mi sexto puesto es también para Ecuador. Andrés es mi novio y mi entrenador. Es un país que me ha recibido muy bien y que me ha dado mucho. Quiero quedarme en Ecuador muchos años, no me quiero ir", añade este graduada en Cultura Física desde 2008, que ha aparcado su carrera para entrenarse de manera intensiva y triunfar en la marcha.

Su vida, dice, es una sucesión de "entreno-como-duermo" que no le deja mucho tiempo para lo demás, pero no le importa porque el atletismo es su gran pasión.

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En este 2015, los frutos están llegando. Batió en Dudince (Eslovaquia) el récord sudamericano (1h29:37) y luego fue plata en los Juegos Panamericanos del pasado mes en Toronto, como buen presagio de su gran sexto puesto del Mundial, con un crono de 1h30:06.

Un objetivo circula ahora en su mente como una obsesión: los Juegos Olímpicos de Rio-2016, a los que llegará con 31 años.

Allí quiere buscar el asalto a los medallas, antes de intentar dar más espacio a su vida personal, con dos proyectos en mente: estudiar inglés y tener un hijo con Andrés. (D)