Me alejo. Vuelvo a mi tema. O mejor dicho: a mi ausencia de tema por el exceso del mundo. Siempre es un aliciente tratar sobre películas o libros.
Hay otra historia que quiero contar, creo que Vargas Llosa nos debe una novela.
Los objetos del cuadro no se han movido. Somos nosotros los que hemos entrado en movimiento.
Su primera novela lo muestra como un promisorio novelista que apuesta por la esencia fundamentalmente cómica de la novela...
Mientras el mundo corre a posicionarse en blanco y negro, hay que salvar el enigma del medio que no quiere guerra ni atrocidades.
El acto de lectura no es simplemente la recepción neutra de una historia: es un trabajo activo de largo alcance donde lo leído cumple una transformación.
El problema siempre será quienes, de mala fe, exacerban procesos para distraer de su responsabilidad.
Me pregunto: ¿Está alejado Kundera de América Latina? ¿De mi país, Ecuador?
Queda por abordar la ubicación de Kundera en Europa central y el ámbito eslavo con una visión fuerte de la novela.
Cuando leí "El arte de la novela" comprendí por qué me había impactado esa cita de "La insoportable levedad del ser".
Esperamos el libro de Laura Ardila, ahora mucho más visible gracias al sacrificio ejemplar del editor que sí apostó por publicarlo.
Esta política precaria hacia las publicaciones institucionales es una mezcla entre paternalismo y virtuosismo ideológico que no lleva a ningún sitio.
Como todos los padres, yo también tomo cientos de fotos de mis hijos, pero quizá lo que más valoro es mi propio libro de meacuerdos...
Cuando empecé a escribir ficciones, poco antes de los 20 años, anotaba a toda prisa en una libreta historias de las novelas que iba a trabajar.
Los hermanos Grimm, cuando publicaron su libro Cuentos de la infancia y del hogar en 1812, incluyeron el cuento sobre Rapunzel.
¿Qué dice una novela? Dice: abre bien los ojos, no te habías fijado en esto, presta atención, lo haré interesante para ti.
Es posible decir que Adolfo Macías ha trazado una de las galerías más ricas y variadas de personajes dentro de la literatura ecuatoriana de los últimos 20 años.
La mente del escritor que fue Lawrence Durrell se desplazó a terrenos mucho más complejos después de su famoso Cuarteto.
¿Lo que ocurre en una guerra es la realidad extrema o un paréntesis? ¿Paréntesis de qué?
Hablo sobre todo de mi experiencia en Quito. Pero no dista mucho de lo que ocurre en el resto del país.
Detrás de una lengua que tienen todas las convenciones y rigores, palpita debajo un humor y una risa inteligentes que no la abandona.
Lo que terminamos por ver en sus ensayos es una máscara en la que brillan los ojos de un lector fiel que hizo la criba y ofrece lo mejor de sí mismo: su mirada.
Como dice Alice: “Ya quisiera el deseo satisfecho dejar una huella tan profunda como la del deseo frustrado”.
... en sus ensayos la mayor agudeza ocurre cuando se entrega a analizar novelas.
Quizá debería haber titulado este artículo “Cuatro pintoras”. Y son muchas más.
Cuando aparece un poeta de verdad, todo lo que crepita en vano se apaga.
No es posible prescindir de las herramientas tecnológicas, pero de igual manera no es recomendable eliminar por completo el factor humano presencial.
Me tomó un tiempo entender que Colombia no mira hacia el Pacífico y, por lo tanto, no mira ni hacia el sur.
La iconoclastia arremete contra algo que se opone en ideología y creencia al agresor. Pero lo ocurrido días atrás tiene una diferencia.
Por suerte tuvo la lucidez de no insistir en lo que no se le daba bien. No al menos en la pintura.