La COVID-19 ha moderado el carácter y la personalidad de varios líderes mundiales exhibiendo su desnudez ante una ciudadanía desbordada por el miedo y la angustia.
Humanismo
La teoría de buscar que la gran mayoría de la población de un país contraiga el virus conocido como “contagio de rebaño” surge como una opción práctica, solo que no se sabe el impacto que tendría en países con infraestructura pobre, promiscuidad, hacinamiento y cultura de acercamiento y no de distanciamiento social.
La gran lección de esta historia, que la aprendemos con dolor y desesperanza, es nuestra finitud, y un gran golpe al ego particular y global...
El tamaño de esta crisis es enorme y sus consecuencias serán iguales.
La sobrevivencia es la clave hoy para un mundo que soñó con la globalización y que hoy asiste a su entierro.
El Reino Unido y Estados Unidos tienen a los peores como líderes en este tiempo de conmoción universal.
La epidemia nos convoca a mirar la realidad desde un prisma diferente. Más racionalidad, más empatía y alteridad son más que necesarias y urgentes.
Las instituciones educativas cerradas, los viajes reducidos, los bares limitados y el temor al otro nos están forzando a una extraña introspección.
El miedo es uno de los grandes motores de la humanidad. Sobre este se han consolidado imperios y se ha dibujado el mapa de los poderes mundiales, y en ese contexto el coronavirus debería ser analizado y entendido.
La salud ha pasado también a ser una cuestión de seguridad de la que nadie puede estar exento.
Hoy se mide la democracia en tiempo real por la manera como las administraciones resuelven el problema de la gente y no como la distraen con sus dislates y torpezas.
En un subcontinente donde la política no logra resolver los temas de la gente, el relato democrático ha sido cooptado por los religiosos.
El gasto público creció mientras los niveles de eficiencia del sector privado bajaron y se multiplicaron los ricos en ambos sectores.
En ruinas
Oleadas
Se está tornando el conflicto a algo natural a la condición de vida de millones de venezolanos.
220 billones desperdiciados en malas contrataciones, compras viciosas de bienes y servicios y, salarios para un personal supernumerario ocioso y corrupto en muchos casos.
El principal enemigo es la mentira.
Fe es anteponer lo positivo a lo que claramente no tiene atisbo de ello
Esa lucha entre el pretender vivir en el recuerdo de su pueblo y el inicio de un olvido que sepultará su paso es la lucha más cruenta y difícil que libran en su interior gobernantes en desgracia como Correa o Morales.
Los argentinos no logran referenciar lo que les pasó y menos quiénes fueron sus responsables mas cercanos.
Argentina es un país que quiere curarse de una pesadilla con otra pesadilla.
Es tiempo de dejar las provocaciones desde el territorio del asilo y reflexionar de a dos (Morales y García Lineras) en qué momento dejaron de escuchar al pueblo para tener como único objetivo el seguir en el poder a cualquier costo.
El problema de Bolivia no tiene que ver con el color de la piel, como lo dice Evo Morales, sino con la violación del mandato popular con prepotencia y alevosía que ha sumido en un caos a su país
Un nuevo fiasco para una América Latina cuyos líderes no terminan de superar la hybris que los vuelve prisioneros del poder y los empujan al abismo.
En ambos casos, los gobernantes hablaron de teorías conspirativas.
Los chilenos sabían de los niveles altos de desigualdad pero ni socialistas ni derechistas tomaron los recaudos hasta que incendiaron el país.
Los resultados han sido amañados, la voluntad del pueblo burlada y solo quedó espacio para la furia.
Reiteraciones