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Manifestantes incendiaron el jueves una comisaría de policía en Minneapolis, que los agentes se habían visto obligados a abandonar antes cuando la tercera jornada de protestas violentas por la muerte de George Floyd, un afroestadounidense esposado que suplicaba poder respirar mientras un policía blanco lo inmovilizaba poniéndole la rodilla sobre el cuello, se extendieron a la cercana St. Paul y a otras partes del país.
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