SU APRETÓN DE MANOS es fuerte y cálido. Con vestimenta informal, pero muy bien cuidada, nos recibe en su amplia y elegante oficina de la UEES (Universidad de Especialidades Espíritu Santo) de la que es rector y fundador. Su afición a la equitación se nota en decenas de figuras de caballos en miniatura que adornan su despacho. “Los he ido adquiriendo en viajes, otros son regalos. Este es como un Botero, este es estilo Dalí”, comenta orgulloso Carlos Ortega Maldonado mientras los muestra.

“Esta afición me la inculcaron un tío y una tía. Yo monto desde la adolescencia. A los 18 me compré mi primer caballo, pero como no lo pude mantener lo vendí y volví a retomar la afición hace quince años”, comenta este abogado de profesión y catedrático de 56 años.

Cuenta que regularmente hace deporte tres o cuatro veces a la semana, que se busca el tiempo, y que para no aburrirse intercambia disciplinas como montar a caballo, esquí acuático, natación, kayac o andar en bicicleta por Samborondón, donde vive desde hace cinco años. “Además de mantenerme ágil, aunque usted no lo crea, cuando uno hace deporte va poniendo en orden las ideas y uno va creando”.

Publicidad

Además de la UEES, que fundó hace unos 20 años, dirige una red de varios colegios. “Tengo en mis venas sangre de educador”, dice orgulloso. Teodoro Maldonado González, su tatarabuelo, fue rector y fundador del Vicente Rocafuerte; su abuelo Teodoro Maldonado Carbo fue tres veces rector de la U. de Guayaquil; su padre, Enrique Ortega Moreira, fue catedrático de la U. de Guayaquil, de la Facultad de Medicina; y su tío Enrique Ortega Moreira fue fundador de la U. Católica de Guayaquil.

“Siempre he estado vinculado al área de la educación, aunque empecé como uno tiene que empezar, con el Jardín Garabatos, hace 30 años, conociendo todas las etapas de la educación”, comenta este hombre de voz pausada y suave, que hoy dirige la UEES, una de las universidades más modernas del país, con diez facultades, una treintena de carreras y cinco mil alumnos.

Ejerció un tiempo su profesión de abogado, antes estuvo también en el área de bienes raíces, fue agente de bolsa, vendedor de vehículos. “Pero realmente donde me he sentido cómodo es en la educación, es mi vocación y me gusta porque a través de ella creo que puedo hacer mucho, sobre todo porque a través de la juventud uno tiene la oportunidad de ir creando gente preparada en la vida, no solo para triunfar sino para ser felices y sentirse realizadas como personas”, opina.

Publicidad

De hecho, él no es solo un rector de oficina, pues es normal verlo por los pasillos y corredores de la UEES conversando con los estudiantes, y se encarga personalmente de dar los cursos de inducción a los nuevos alumnos. Confiesa sentirse apenado cuando los estudiantes no aprovechan las becas y conexiones que tiene la universidad con pares internacionales. Ahora su gran proyecto es la construcción de un hospital universitario, y para el efecto está en contacto con el hospital John Hopkins, de EE.UU. De concretarse, dice que será un hospital con alcance no solo nacional, sino regional. “Es nuestro proyecto estrella, que obviamente va de la mano con aspectos políticos que tienen que ver con el apoyo que tengamos de los reguladores de la nueva Ley de Educación Superior”.

El quinto de ocho hermanos recuerda con admiración a su padre, quien todos los sábados daba consultas gratuitas a gente de escasos recursos. Dice que ese espíritu de servicio y sencillez le sirvieron de ejemplo.

Publicidad

Está casado con Carla Santos y es padre de cinco hijos. Sirvió en la función pública cuando fue gobernador del Guayas en el 2006. Dice que en varias ocasiones le han propuesto candidaturas, así como el Ministerio de Educación, pero que es un convencido de que se puede servir desde otros ámbitos. Pero también cree en los ciclos. Se escucha por ahí sobre una candidatura suya a la Alcaldía de Samborondón, ¿la ha considerado? “No es algo que me disgusta, pero tampoco me quita el sueño”, responde, y enseguida agrega: “Yo creo que Samborondón es una joya en bruto, ha tenido un desarrollo impresionante en La Puntilla y creo que el alcalde José Yúnez ha hecho un gran esfuerzo en el sector de la cabecera, en el sector rural, pero creo que por el alto crecimiento poblacional que está teniendo podría convertirse en un ícono de desarrollo por su capacidad económica. Siendo netamente un cantón agrícola, creo que está en una etapa de transición hacia un gran porvenir”.

Dicen de él

“Es un ser humano excepcional, he crecido mucho con él. Se involucra en todo: si tiene que alzar sillas, las alza; si tiene que barrer, lo hace”.
Luz María Pesantes colaboradora de la UEES