En total 1.025 personas murieron en acciones vinculadas al crimen organizado en marzo pasado, el mes más violento en México desde que Enrique Peña Nieto asumió la Presidencia, según un recuento del diario Milenio publicado ayer.

Las víctimas mortales asociadas al combate a las drogas sumaron 3.919 desde el 1 de diciembre del 2012, cuando Peña Nieto tomó el poder.

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En marzo pasado las muertes superaron por primera vez el millar y representaron un promedio de 33 por día, después de que en diciembre los asesinatos se situaran en 982 y tanto en enero como en febrero llegaran a 956, según el conteo.

Por estados, el más violento fue otra vez Chihuahua, con 186 asesinatos, seguido por Sinaloa, con 108, y el Estado de México, con 86 en el mes.

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Uno de los últimos hechos violentos ocurrió la noche del pasado domingo, cuando cuatro personas murieron y otras catorce resultaron heridas en dos ataques perpetrados por un grupo armado en bares de la ciudad de Guadalajara.

El grupo disparó desde un vehículo en movimiento hacia el primer bar y unos minutos más tarde se detuvo frente a otro para arrojar una granada.

En el primer local fallecieron dos personas, una de ellas de presunto origen estadounidense, y en el segundo sitio perdieron la vida dos más.

Desde el sexenio pasado, miles de militares y policías federales fueron desplegados en diferentes estados del país para combatir los carteles de las drogas.

Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), mantiene la estrategia de combate frontal al crimen organizado diseñada por su antecesor, Felipe Calderón, pero quiere reforzar las labores de inteligencia y atacar toda la estructura de las organizaciones, no solo a sus capos.

El mandato de Calderón se saldó con la neutralización de importantes líderes criminales, pero dejó más de 70.000 muertos (un promedio de 32 por día), según estimaciones oficiales.