EFE-REUTERS
WASHINGTON.- Estados Unidos rechazó ayer ‘categóricamente’ la afirmación del presidente encargado de Venezuela, Nicolás Maduro, de que funcionarios del Pentágono y la CIA estén detrás de planes para asesinar al opositor, Henrique Capriles.

La portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland, señaló que, hasta donde ella sabe, el gobierno venezolano no ha transmitido ningún mensaje al respecto al Ejecutivo estadounidense, más allá de la alerta que Maduro lanzó el pasado domingo al presidente Barack Obama en una entrevista con el canal privado Televen.

Según el presidente (e) y candidato a las elecciones del próximo 14 de abril, la trama buscaría asesinar a su rival, Capriles, para “echarle la culpa al gobierno bolivariano y crear un caos en Venezuela”.

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Maduro también acusó de conspirar en el mismo plan a los exembajadores estadounidenses en Caracas, Roger Noriega y Otto Reich, quienes desmintieron también las acusaciones.

“Niego categóricamente esta acusación absurda y desafío a Maduro para que presente las pruebas que afirma tener”, escribió Reich el pasado domingo en su cuenta de Twitter, donde atribuyó esa “mentira maliciosa” a “una estrategia cubana dictada a Maduro”.

En tanto, Capriles señaló que está dispuesto a dejar de entregar petróleo a Cuba, lo que pondría fin a uno de los pactos petroleros más defendidos por el fallecido Hugo Chávez.

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“Se va acabar la regaladera a otros países. No va ir ni una sola gota de petróleo más para financiar al gobierno de los (hermanos) Castro”, dijo en un discurso frente a universitarios.

Advirtió, además, que de ganar los comicios también cerrará el grifo que abastece de crudo a otros países aliados de Venezuela en condiciones ventajosas para los compradores.

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Maduro parte la carrera electoral con una ventaja de 14,4 puntos porcentuales en intención de voto sobre Capriles, de acuerdo con las encuestas.

Anoche, durante un reunión de gabinete transmitida por el canal oficial VTV, Maduro anunció la inyección de 1.000 millones de dólares en un fondo para impulsar las exportaciones del país hacia América Latina y el Caribe, y convertirlo en una potencia productiva.