Tras dos horas de celebraciones, los canarios comenzaron a protagonizar algunos actos vandálicos. En la avenida 9 de Octubre y Boyacá comenzaron a subirse a los postes metálicos donde están ubicados los semáforos; uno de los indicadores de paso peatonal fue arrancado.

Asimismo, prendieron papeles con fuego, mientras la venta de cerveza se realizaba en la mitad de la calle. Efectivos de la Policía Nacional observaban lo que estaba ocurriendo.

Mientras esto sucedía en las calles céntricas, en el estadio monumental algunos hinchas que habían ingresado comenzaron a saquear varias zonas del escenario deportivo. En uno de los bares de la localidad General sur se llevaron agua y 2.500 empaques de gaseosa.

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Marcos Robles, propietario del bar afectado, acudió hasta la PJ-G donde expuso la denuncia contra los detenidos. "Se me llevaron la mercadería que tenía pensado vender el día del último partido entre Barcelona y el Olmedo, las pérdidas económicas son de 3000 dólares", indicó.

Los hinchas también llegaron hasta los camerinos donde tomaron los zapatos deportivos de los futbolistas y otros objetos de valor.

42 personas fueron detenidas, entre ellas 7 menores de edad que fueron aislados por efectivos de la Dinapen, mientras que el resto fue trasladado hasta las dependencias de la Policía Judicial del Guayas.

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El teniente coronel de la Policía Nacional, Paúl Mora indicó que algunos jugadores alentaron a que los hinchas entraran en el estadio.

El abogado Héctor Venegas señaló que en el caso de que se identifique a
los responsables de estos actos de vandalismo, se pedirá las sanciones
respectivas para estas personas.

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Los alborotos en el estadio de Barcelona fueron controlados por los gendarmes, de los cuales se habían destinado 300 efectivos para custodiar el estadio y 2.500 policías en toda la ciudad.