Aunque cada vez son más las personas que recurren a la ozonoterapia como
tratamiento único o complementario de algunas patologías o para fines
estéticos, los científicos advierten que su uso no está comprobado para
todas las patologías o para todos los pacientes.

De acuerdo con Juan Carlos Martín, médico y director del Instituto
Madrileño de Ozonoterapia
, este tratamiento es un potente
antinflamatorio, analgésico y antimicrobiano que además produce una
"regeneración de los tejidos enfermos".

Otras cualidades atribuidas a esta terapia son la activación del
metabolismo de los glóbulos rojos, incrementando su capacidad para
transportar oxígeno; la estimulación de las enzimas celulares
antioxidantes; y la eliminación de los radicales libres.

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En medicina se ha venido utilizando para aliviar patologías como
artrosis de rodilla y cadera, hernia de disco, dolor de espalda y
lumbalgia, fibromialgia reumática y síndrome de fatiga crónica, secuelas
de poliomielitis, úlceras y retardos de cicatrización, entre otros.

Sin embargo, otros profesionales como el portavoz del Consejo General de
Colegios Oficiales de Farmacéuticos
, Francisco Zaragoza, alertan que
los efectos de este tipo de tratamientos no están todavía demostrados
científicamente.

"Ese es su talón de aquiles, su mayor debilidad, el que su empleo no vaya soportado con unos estudios clínicos previos".

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A pesar de ello, la administración de ozono en el organismo no solo sigue creciendo sino diversificando sus aplicaciones.

En los centros de estética se viene utilizando para dar mayor luminosidad en la piel de hombres y mujeres.

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La esteticista Noemí Gallo sostiene que el ozono aporta importantes
activos en las capas profundas de la piel que ayudan a combatir las
arrugas e imperfecciones.