CUENCA.- La Fiscalía Distrital concluye que hubo una "acción delincuencial debidamente planificada, que se inicia con el robo de cuchillos durante la fiesta, antes del crimen, que termina con el asesinato de Juan Antonio Serrano", luego de la reconstrucción de los hechos realizada la noche del martes.

La Fiscalía descarta la tesis de que hubo una riña antes de la muerte del fotoperiodista Serrano y señala que existe contradicción en las versiones de los cinco imputados, durante la indagación previa a la audiencia de formulación de cargos, y en los 30 días de la etapa de instrucción.

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Esta mañana, el fiscal distrital, Lizandro Martínez, leyó cinco de los seis puntos de una hoja impresa en computadora, se impidió hacer preguntas y luego de terminar con su intervención salió sin pronunciar ni una palabra.

Martínez recordó que el próximo martes 2 de octubre concluyen los 30 días de plazo, de la etapa de instrucción, y la fiscal Sonia Cárdenas, que lleva el caso, solicitará al jurado día y hora para la audiencia.

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Esta noticia sorprendió a los familiares de Ángel Esteban Aguilar Morales, Fausto Fernando Gordillo Zhañay, Javier Andrés Ortega Torres y los hermanos José Luis y Martín Andrés Molina Montero, imputados en el caso, quienes ayer levantaron las carpas en las que permanecieron desde el viernes anterior en el exterior de la cárcel de Cuenca.

Esa medida la adoptaron para impedir que la policía traslade a los jóvenes a otras cárceles del país; el gobernador del Azuay, Humberto Cordero, fue quien lo dispuso por solicitud del Ministerio del Interior, ante la denuncia de Galo Molina, padre de dos de los imputados, de que sus hijos, él y su esposa estaban amenazados de muerte y había solicitado protección.

“Desconozco la versión del fiscal Martínez y ya veremos qué dicen los abogados”, dijo Gina Torres, madre de Ortega, quien además aseguró que no habrá más declaraciones públicas de su parte, una vez que logró evitar el traslado de su hijo.

Reconstrucción de los hechos

Muy atentos y vigilantes al proceso de reconstrucción de los hechos estuvieron los familiares y amigos que acudieron a las calles Larga y Santa Marianita, al igual que los cinco detenidos, que tuvieron resguardo.

Hasta la madrugada tuvieron que esperar los familiares de los cinco imputados hasta que rindieran, uno a uno, su versión.

El proceso dentro de la casa duró más de cinco horas; llegaron cerca de 25 testigos, además de los dos vehículos implicados en el caso.