Después de 28 años de haberse dedicado a impartir la cátedra de Deporte y de entrenar a la selección de natación del colegio Alemán Humboldt, José Piguave, máster en Cultura Física, quería cumplir el sueño de tener su propia academia formativa. Esto lo logró en febrero pasado, cuando el Ministerio del Deporte aprobó su plan de enseñanza de natación dentro de su club, Perla del Pacífico, ubicado en la manzana S de la ciudadela El Cóndor.

Esta escuela ofrece clases a niños desde los 4 años que quieren aprender a nadar. Uno de los 60 alumnos que asisten es Roberto Morquecho, de 5, quien lleva dos semanas de práctica y poco a poco ha mejorado su estilo. Para él, una de las cosas más divertidas de aprender este deporte son los juegos con los aros que su profesora, Daysi Valdivieso, les hace realizar dentro de la piscina.

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A las 15:00 comienzan las clases en las cuales se enseñan los cuatro estilos básicos: crol (libre), espalda, pecho y mariposa. “Esta es una escuela para iniciar con todas las etapas dentro de la natación”, explica José.

Cada entrenamiento dura 45 minutos en la piscina de 25 metros con la que cuenta esta academia. Para los niños que tienen más de 12 años, la práctica se extiende hasta 90 minutos.

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Estas clases se ofrecen de lunes a viernes hasta las 18:00, cuando ingresa el último grupo de niños, ya que a partir de las 19:00 se realizan terapias de rehabilitación física en el agua para personas que padecen de algún problema en la espalda.

Por esta actividad se cancelan $ 3, mientras que por las clases se pagan mensualidades de $ 45.

La academia mantiene convenios con varias instituciones educativas, como el colegio Santistevan, Nueva California, entre otras. También tiene un convenio con la Liga Cantonal de Durán.

Sin presiones
José comenta que uno de los problemas que ha enfrentado la natación es que a veces los padres y las academias buscan lograr medallas de manera inmediata, por lo cual crean entrenamiento intensivo para el deportista.

“Si a un niño se lo presiona desde pequeño de esa manera, a los 13 años se va a querer rebelar y ya no seguirá practicando este deporte”, dice.

Por ello, José busca incentivar en el menor el amor a la práctica deportiva y que vea la natación como una norma de vida. De esta manera, asegura, se podrán crear futuros deportistas que a los 15 o 16 años puedan participar en competencias de alto rendimiento como la Copa del Pacífico o alguna olimpiada.

Los fines de semana se abre la piscina al público, sobre todo para que los residentes del sector puedan utilizarla. En este caso, los costos son $ 3 los adultos y $ 1,50 los niños.

“Practicar natación les ha hecho bien a mis hijos. Todavía no lo ven como algo competitivo”.
Verónica Tucunango
Moradora