EFE
SANTIAGO.- Los estudiantes chilenos espolearon ayer el pulso que mantienen con el gobierno para reformar el sistema educativo con una multitudinaria y festiva manifestación por las calles de Santiago, con menos incidentes violentos que en las últimas protestas.

Los líderes estudiantiles cifraron en 150.000 los asistentes a la marcha, mientras que la Intendencia (gobernación) de Santiago y Carabineros calcularon que hubo cerca de 50.000.

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“La marcha ha sido significativa en el número de las personas que se han movilizado y porque se ha desarrollado sin alteraciones mayores del orden público”, señaló el portavoz del gobierno, Andrés Chadwick.

La jornada de protesta fue convocada por los estudiantes universitarios y de enseñanza secundaria, que contaron con el apoyo de profesores, organizaciones sociales y sindicatos.

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Los jóvenes mantienen desde mediados del año pasado sus demandas para erradicar el modelo educativo impuesto en 1981 y conseguir una educación pública gratuita y de calidad.

La manifestación recorrió el centro de Santiago en un ambiente lúdico.

Grupos aislados de encapuchados lanzaron piedras y palos a los carabineros (policía militarizada), quienes repelieron los ataques con carros lanzaguas. No se reportó la cifra de los aprehendidos en los choques.

Hubo también manifestaciones en otras ciudades del país, como Concepción, Temuco, Punta Arenas, Valparaíso, Viña del Mar o Antofagasta.

De los 3,3 millones de estudiantes secundarios, el 54% va a las 11.000 escuelas públicas repartidas en las 345 municipalidades chilenas, la mayoría pobres, lo que hace que su educación sea deficiente; un 31% asiste a colegios que se financian con aportes estatales y de los apoderados; el 9% a planteles sin fines de lucro y un 6% a colegios privados.