A fines de mayo pasado, el canal Caracol de Colombia puso en la pantalla chica de su país la serie Pablo Escobar, el patrón del mal. El día de su estreno registró una audiencia de unos 11 millones de espectadores y hasta la fecha sus capítulos –la trama tiene 63– son centro de numerosas críticas, las cuales se pueden leer en las redes sociales o en los blogs de la misma cadena televisiva que los produjo.Escobar, abatido en diciembre de 1993, fue un empresario, político y narcotraficante colombiano, líder del cartel de Medellín y jefe máximo de la mafia de su país. Para unos, la serie que cuenta su vida está cargada de mucha violencia. Otros consideran que la producción no detalla todos los crímenes que cometió. Y hay quienes agradecen porque la obra social que él impulsó se refleja en la entrega televisiva.Pablo Escobar, el patrón del mal se estrenará mañana, a las 20:00, en Ecuador, por la señal de Gamatv, e Iti Vera, gerente de Programación del canal en manos del Estado, dice que previo a la compra del seriado “revisamos varios capítulos y siempre –como lo hizo Caracol– advertimos (en la publicidad de promoción) que es una historia que se debe conocer para que nadie la vuelva a repetir”.La programadora discrepa en que la propuesta de Caracol TV no retrate lo que fue Escobar, “un hombre que mataba a sangre fría y tenía una mente maquiavélica impresionante”. La sustentan muchos documentos periodísticos “y eso nos animó a comprarla”, refiere y destaca su alta calidad: “Grabada en HD, 100% en exteriores, con ambientación de la época y excelentes actores”.No obstante, según Vera, lo que los terminó de convencer de comprarla fueron las participaciones de Juana Uribe y Camilo Cano como productora y coproductor y asesor del libreto, respectivamente. La madre y el tío de ella, Maruja Pachón y Luis Carlos Galán, fueron secuestrados y asesinados por orden de Escobar. Y el padre de él, Guillermo Cano, exdirector del diario El Espectador, corrió con la misma suerte. “Eso nos dio señas de que no se trataba de una apología del personaje”.Uribe ha asegurado que la serie es narrada desde la perspectiva de las víctimas de Escobar, cuyos sobrevivientes han querido mostrar quién fue realmente este personaje y cómo llegó a convertirse en el narcotraficante más buscado y temido, para que los espectadores puedan dimensionar el daño que le hizo a su patria.Por esa razón, decidió junto con Cano comprar los derechos audiovisuales del libro La parábola de Pablo, del periodista y exalcalde de Medellín Alonso Salazar, quien afirma era investigación juiciosa y atinada de lo que fue la vida de Escobar.Pero, ¿por qué llenar a la pantalla chica ecuatoriana de más violencia? A la pregunta Vera responde que son las mismas producciones las que establecen ciclos. “Cuando salieron las telenovelas de humor, todos repetían el patrón. Luego vinieron las de sicariato y narcotráfico con niveles de violencia bastante amplios y es lo que se produce”.La psicóloga Roxana Ambrossi Soto considera que llevar a la TV historias como las de Pablo Escobar u otras en que la violencia es su principal ingrediente exacerba el morbo, que es el que vende. “La intención no es educar, sino ofrecer lo fácil y que impacte, sin analizar que un delincuente en potencia podría estar recibiendo de la TV pautas para delinquir”.Para el sociólogo Roberto Macías Figueroa, ajustarse a lo que producen otros no es una justificación, pues “si lo que está fuera no contribuye con mi núcleo, no lo traigo, sino que trabajo en algo que me aporte a mí y a la comunidad”.El actor Julián Arango, quien ha intervenido en producciones como Las muñecas de la mafia (también de Caracol), subraya como eterna la polémica de que si la televisión es o no educativa. “A los padres y a la escuela les corresponde educar y no a la TV. Es imposible dejar de contar una historia o versión de algún hecho (como lo que significó Pablo Escobar en Colombia) para no afectar a la gente y promover la delincuencia. El control es de los padres”.¿Y cuánto le cuesta al canal estatal presentar Pablo Escobar, el patrón del mal? “Está dentro de los márgenes que pagamos”, dice Vera sin mencionar montos. La transmisión en Ecuador –de lunes a viernes, a las 20:00– está casi a la par de Colombia y para cada capítulo (son 63) está estimada una hora de emisión, aunque por cuestiones comerciales este tiempo baja a media hora por episodio.En su web, Caracol señala que el guion de la serie estuvo a cargo de Juan Camilo Ferrand (El cartel), quien pasó dos años y medio trabajando en la adaptación televisiva de la vida de Escobar para hacerla lo más cercana posible a la realidad. Además de la información proporcionada en el libro de Salazar, entrevistó a víctimas, visitó y conversó con locales en las comunas de Medellín, de donde Escobar era originario, y estudió cuidadosamente los archivos periodísticos sobre su personaje principal.Según Ferrand, la serie se acerca bastante a la realidad y la ficción obedece a cómo se hilan los eventos, a cómo las familias se desenvuelven entre sí y a cómo era Escobar en su intimidad, a pesar de que en el libro de Salazar están explícitas muchas de las relaciones con su madre, con su esposa, con su amante y con sus hijos.CámarasLa serie aún se graba en Colombia. Su costo por capítulo es de $ 170.000, aproximadamente.En la producción intervienen más de 1.300 actores. En el rol protagónico está el actor Andrés Parra, quien para lograr su gran parecido con Pablo Escobar observó una rigurosa preparación de tres meses; él estudió su vida y hasta sus gestos. Lo acompañan, entre otros, Angie Cepeda, como Regina Parejo.