Puertas cerradas y guardias que con la mano hacen señas de que no hay atención al público ni nadie quien dé información. Ese es el ambiente en los tres locales de Casino Fantasy, que hasta la madrugada del jueves pasado, funcionaron en los hoteles Oro Verde, Hilton Colón y Unihotel de Guayaquil.

Al igual que ellos, los 32 casinos que aún se encuentran amparados en la Ley de Turismo, jugaron ayer su última partida en el país, la cual fue ganada por el presidente de la República Rafael Correa, tras el triunfo de la pregunta 7 de la consulta popular del 7 de mayo del 2011, donde el 45,76% de los ecuatorianos dijo Sí a la eliminación de los juegos de azar.

Tras este cierre se terminó con una actividad que se desarrolló en el país por alrededor de 30 años, y que empleaba a 3.200 personas, entre ellas a 128 discapacitados.

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Es el caso de María Eugenia N., una jovencita con síndrome de Down, quien desde hace dos años era la encargada de arreglar las servilletas para los vasos que los clientes utilizaban para sus bebidas, en el Casino Sol, que funcionaba en el hotel Sheraton.

El jueves pasado la joven realizaba su actividad con normalidad, mientras el ambiente en el casino era tenso, ya que sus compañeros sabían que ese era su último día de trabajo y que al cerrar la puerta del local quedarían desempleados, por ello no perdieron la oportunidad de hablar con la prensa para reclamar al presidente por lo que considera como “injusticia”.

“Nos dejan sin trabajo, dicen que nuestras liquidaciones están garantizadas pero respóndame presidente: ¿Usted le dará trabajo a una mujer embarazada de seis meses, a un hombre de 45 años, a una persona discapacitada? Si es así, dígame, ¿adonde dejo mi carpeta?”, reclamó Yajaira Merino, una de las exempleadas.

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Mientras que William Rodríguez, de 55 años, quien trabajó en el casino Faraón, ayer se mostró desconcertado al preguntarse a dónde buscará un trabajo a su edad.

“Nadie me va a emplear, la liquidación no sé de cuánto será, solo espero que me paguen de acuerdo a la ley, porque de no ser así a quien reclamo, si todo lo va a manejar el Ministerio de Relaciones Laborales, afirmó Rodríguez, quien se desempeñó como técnico de máquinas.

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La polémica sobre el cierre de los juegos de azar en el país comenzó en junio del 2010, cuando el presidente Correa, soltó la idea públicamente.

“Creo que los juegos de azar y el consumo de bebidas disminuyen el nivel de vida de una sociedad”, señaló el mandatario en una entrevista radial, y pronosticó que iba a “declarar a Ecuador libre de juegos de azar...”, dijo.

La propuesta del mandatario se cumplió tras el triunfo del Sí en la consulta y la ejecución del decreto 873 de septiembre del 2011, en el que se estipuló el cierre definitivo para las salas de juegos que funcionaban con amparos judiciales. Con esto, cerca de 5.000 personas quedaron sin trabajo y otras 1.300 aún no son liquidadas.

Dicho decreto también fijaba un plazo de seis meses para terminar con la actividad en los casinos de los hoteles, el cual concluyó a la medianoche de ayer, cuando los jugadores, trabajadores, propietarios y Gobierno realizaron su último juego.

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