El presidente de la República, Rafael Correa, rechazó ayer el comunicado difundido el viernes por el Centro Carter en el cual varios expresidentes americanos y personalidades de la región que integran el Grupo de Amigos de la Carta Democrática Interamericana mostraron su preocupación por la condena contra EL UNIVERSO y la situación de la libertad de expresión en Ecuador.

Correa lamentó que uno de los integrantes de esa agrupación, el expresidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, no lo llamara en esta ocasión para preguntarle su punto de vista sobre el juicio al diario. “Antes me ha llamado por cosas menos importantes”, expresó el jefe de Estado, durante su informe semanal que ayer se transmitió desde Puembo (Pichincha).

El presidente dedicó la mayor parte del enlace a hablar sobre la sentencia a su favor. Leyó el comunicado del Centro Carter y estimó que la actitud de los exlíderes americanos que lo firman quizá obedece al desconocimiento de la realidad ecuatoriana. En ese sentido, anunció que prepara una respuesta.

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También se refirió a la publicación en varios periódicos latinoamericanos del artículo de Emilio Palacio, considerado por él como injurioso. “¿Cuál es el mensaje? Agacha la cabeza o te insultamos más”, refirió.

El presidente, en su rechazo a la postura del Grupo de Amigos de la Carta Democrática Interamericana, aseguró que en el país no se está rompiendo la Convención Americana de Derechos Humanos, como manifiestan sus integrantes.

El comunicado recuerda que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ya dijo que las sanciones penales en lo referente a la libertad de expresión, excesivas y desmedidas, constituyen una forma de censura.

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“A mí qué me importa lo que diga la Comisión”, reaccionó Correa y acotó: “Qué me importa la opinión de la Relatoría (para la Libertad de Expresión), si lo que Ecuador firmó fue la Convención, no los reglamentos que se les ocurrieron (aprobar) a estos señores donde se arrogaron funciones”. Así remarcó que el Estado solo tiene la obligación de acatar lo estipulado en dicho tratado y no lo que digan los suborganismos de la Organización de Estados Americanos (OEA).

Correa cuestionó “la inusual celeridad” con que la CIDH pidió medidas cautelares al Estado ecuatoriano para que no se ejecute la condena de tres años de cárcel contra los directivos y el exeditor de Opinión de EL UNIVERSO, sentenciados al pago de $ 40 millones en favor del presidente.

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Aseguró que con el pedido de medidas cautelares, la CIDH incumplió su propio reglamento, que dispone que antes de otorgarlas deben solicitar información a los Estados. “No pidieron información al Estado ecuatoriano”, manifestó.

Sin embargo, la Comisión hizo ese pedido de información al Estado el 8 de noviembre del 2011 ante la solicitud que los querellados por Correa presentaron el 24 de octubre. Incluso la Procuraduría contestó a la CIDH el 28 de noviembre que el pedido era “improcedente”.

El día que se conoció sobre el pedido de información el mandatario dijo: “La CIDH nos pide información sobre un juicio en marcha” y acotó que “está prohibido por el reglamento y la ley, el derecho interamericano, entrometerse en un juicio en marcha”.

En el plano nacional, Correa llamó a sus simpatizantes a unirse y estar alertas frente a intentos de desestabilización. Convocó a una concentración para el 8 de marzo, cuando varias organizaciones protestarán contra el régimen.

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Contradicción: Rafael Correa
11 de noviembre de 2011
“La CIDH nos pide información sobre un juicio en marcha... Están abusando de su poder”.

25 de febrero de 2012
“La CIDH incumplió su reglamento. No pidió información al Estado ecuatoriano”.