Con la forma de conchas o de cerebros gigantes que se levantan bajo el mar, los diversos parches de coral costeros que se han desarrollado en las inmediaciones de la costa o de las islas del país son parte de un ecosistema marino comparado solo por su diversidad con las selvas tropicales.

Así coinciden biólogos y ambientalistas que han observado estos parches coralinos conocidos como bosques marinos, por la multiplicidad de especies marinas que albergan.

Los corales son diminutos seres unicelulares que se adhieren a superficies rocosas para en simbiosis con las algas conformar un ecosistema que sirve de refugio para peces, tortugas, crustáceos y algas.

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Aunque no hay un estudio en el que se determine el número exacto de especies de corales existente dentro del mar territorial del país, sobre todo en la parte continental, los ambientalistas expertos en ecosistemas marinos entrevistados señalan que los parches de mayor extensión detectados hasta el momento se ubican en las inmediaciones de la isla de la Plata y en la costa del Parque Nacional Machalilla (Manabí).

Fernando Rivera, biólogo del Instituto Nazca de Investigaciones Marinas, asegura que los parches coralinos más desarrollados se distribuyen en la franja este de la isla de la Plata, donde suman en conjunto más de cinco hectáreas. “Se trata de parches discontinuos que están a uno y doce metros de profundidad”, afirma Rivera, quien agrega que existe más información del estado de los corales en Galápagos, ya que se los estudia desde la década del setenta.

Mientras que se conoce poco de los ecosistemas coralinos del continente, pese a que en esta última zona se han registrado los parches de corales más desarrollados del país. “Recién en este siglo se ha dado más importancia a la protección de la zona costera continental, de allí nace una investigación con la cual solo se han cubierto el Parque Nacional Machalilla y algunas zonas de El Pelado (Santa Elena); faltan más estudios para hacer los inventarios y establecer cuál es el número real de especies de corales suaves y duros del país”, dice Rivera.

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Los llamados corales suaves son especies que asemejan plantas acuáticas y que tienen forma de abanicos bajo el mar. “Forman como bosques que crecen hasta un metro de altura”, dice Rivera, mientras que los conocidos como duros son corales pétreos que a la larga forman arrecifes.

En un reciente estudio realizado por el Instituto Nazca de Investigaciones Marinas, una organización no gubernamental con sede en Quito, entre el 2010 y el 2011, se estableció que el número de especies de corales suaves del país es de 29 y no 2 como se creía hasta antes de estas observaciones realizadas en el área protegida de Machalilla y la reserva marina de Salinas (Santa Elena).

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A partir de esas observaciones se identificaron además 20 especies de corales duros y no solo las 15 que se creía existían. El biólogo marino Michel Guerrero afirma que urge investigar más estos ecosistemas, amenazados por factores externos como los cambios bruscos de la temperatura del mar. “No sabemos el nivel de afectación que dejaron los fenómenos El Niño (periodo cuando el mar se calienta más de lo normal) en los corales del continente”, dice Guerrero.

Rivera advierte que solo en Galápagos, el 90% de los corales quedó afectado tras el fenómeno El Niño de 1982 y 1983. A esto se conoce como “blanqueamiento”, lo que se da cuando las algas simbióticas que viven en el tejido del coral abandonan los parches por efecto de aguas más cálidas con lo que los corales mueren al quedar sin esta protección.

En otro estudio realizado por la Fundación Equilibrio Azul en conjunto con la Universidad de la Marche (Italia) y el Ministerio del Ambiente durante el 2011, se contabilizaron 4.294 colonias de corales negros, lo que deja en evidencia el nivel de diversidad que hay en el país, según Andrés Baquero, de Equilibrio Azul. “La comunidad de corales negros de Machalilla representa una de las más densas del mundo, con un promedio de 0,5 colonias por metro cuadrado de los sitios identificados”, dice Baquero.

Detalles: Diferencias
Parche de coral costero
Está compuesto por corales que se han adherido y desarrollado sobre un sustrato (superficie rocosa) y su crecimiento está limitado a esta área de fondo rocoso. Este es el tipo de corales que hay en la costa continental del país y en Galápagos.

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Arrecife de coral de barrera
Su crecimiento es casi ilimitado. Sus límites terminan donde comienza otro sistema de corales. Estos forman su propio sustrato por lo que crecen uno sobre otro, capa sobre capa. El arrecife de la Gran Barrera de Australia (Oceanía), ubicado a 15 y 150 km de la costa, es el más extenso del mundo.


Lea la próxima semana
Un informe sobre las amenazas que afrontan las especies de corales.