¿Qué no es el 15M?
No es un movimiento social tradicional ni una unión bajo una ideología o una bandera. Tenemos muchas ideas y estamos reunidos por un sentimiento de hartazgo. Sí definiría al 15M como un estado de ánimo, y su gran fuerza reside en que ha cambiado a mucha gente que se vinculó por primera vez a una iniciativa de activismo. Y lo más importante: está todo el mundo.

¿Adónde conduce ese estado de ánimo?
Persigue, aunque suene muy grandilocuente, cambiar el mundo. Entendemos que hay una serie de injusticias y lo que queremos es tener acceso a una vida digna.

¿Cómo pueden articular esa demanda?
Se nos ha criticado porque no proponemos cosas, pero ese no es nuestro papel. Nosotros no tenemos ni la capacidad ni los medios. Simplemente mostramos nuestro descontento para que quienes elegimos se den cuenta de que representamos al 99 por ciento de ciudadanos de los que ellos se han distanciado. Todos somos el 15-M. Pretendemos hacer presión para ver si esta gente quiere emprender los cambios. Si algo nos caracteriza es la paciencia. Sabíamos que en las elecciones de mayo y en las últimas del 20 de noviembre no íbamos a conseguir nada ni queríamos conseguirlo. Estamos trabajando a largo plazo, incluso diría que es una apuesta generacional. No sé qué vamos a lograr ni cuándo, pero algo lograremos. Queremos una política social, justa y que dé respuesta a las necesidades de la ciudadanía.

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¿La inexistencia de líderes visibles que les ha aportado?
Es posible que en un futuro busquemos otro sistema de representación. En los partidos políticos la persona que levanta la mano y discrepa, desaparece. Respetamos el disenso aunque esa horizontalidad a veces impida ponernos de acuerdo. Somos ambiciosos y sabemos que la democracia que tenemos no funciona bien.

¿Se considera la spanish revolution referente mundial?
Ser referente no nos importa, estamos en un proceso en el que hacemos cosas, las documentamos y compartimos. Occupy Wall Street surgió luego del 15M y el 15M es posterior a las manifestaciones de la plaza de Tahrir (Egipto). La convocatoria del 15 de octubre se hizo en España y no en EE.UU., pero no es importante. Lo trascendental es que evolucionamos.

¿La sociedad es consciente de la necesidad de cambiar la cultura política?
Uno de los temas importantes es el distanciamiento entre la casta política y el pueblo. Esta gente tiene su sistema, sus votaciones, pero no se preocupan de los problemas reales de los ciudadanos, que para ellos son solo máquinas para votar.