El dinero apareció para facilitar las transacciones comerciales y las relaciones en el tiempo. Pero la gente sabía intuitivamente que debía obedecer a una característica esencial: ser útil pero limitado. Y así mismo, “algunos” rápidamente visualizaron la utilidad de romper estas reglas: en parte la decadencia del imperio romano se dio cuando financiaron necesidades y presiones fiscales diversas (guerra, subsidios, favores políticos) imprimiendo más dinero (disminuyendo el contenido metálico de las monedas) generando devaluación e inflación. Ahí tenemos la primera forma de manipulación: los gobiernos crean dinero en exceso, y más tarde cuando inventan los bancos centrales monopólicos este poder se amplifica.

Hacia mediados del milenio anterior, surge una nueva posibilidad de abuso, con la creación del sistema bancario en su modalidad de “reservas fraccionarias”. ¿Qué es? Sencillo. Cuando una persona A deposita 100 dólares en el banco, una parte de esto queda en reservas (fraccionarias) y otra parte (digamos 70) es prestado a una persona B con lo cual se abre un nuevo depósito. El “milagro” está clarísimo: A dispone de 100 y B de 70… los 170 basados en los mismos 100 de la primera persona. Esto se multiplica y pueden ser 600 o 20.000 basados en los 100 iniciales. Ahí aparece la segunda opción de manipulación y excesos: el sistema financiero es creador de dinero virtual (solo políticas prudentes de los bancos lo pueden limitar).

¿Resultado? Entre el poder estatal y la multiplicación bancaria (peor si se alían perversamente), el dinero es útil pero excesivo y eso conduce a la casi totalidad de crisis en los últimos 500 años (y en los próximos 500 si el sistema no cambia): burbujas, inflaciones e hyperinflaciones, tasas de interés manipuladas, etcétera (la crisis del 2008 es idéntica a las anteriores).

¿Soluciones? Giran alrededor del único concepto que permite limitar abusos y poderes: la competencia y respeto a los derechos de propiedad. ¿Competencia en el dinero? Claro. Se deben eliminar los bancos centrales monopólicos y el dinero debe ser creado por diversas entidades, pueden ser bancos, comunidades, etcétera… (ver reciente libro de la Fundación Pachamama sobre el tema, y tantos trabajos de la escuela austriaca). Y la gente aceptar o no ese dinero libremente (no puede existir el concepto de dinero de aceptación obligatoria). Unos serán más locales, otros más globales. Unos respaldados solo en la confianza, otros en elementos como el oro. La competencia, sin ventajas monopólicas, determinará su número (naturalmente hay muchos temas de discusión: calidad de información sobre lo que sustenta cada moneda, qué moneda reciben los gobiernos para impuestos y más). ¿Y los derechos de propiedad? Es la base para un sistema sin multiplicador ilimitado sino basado en el ahorro real: no puede ser que un mismo dinero pueda a la vez estar en manos de las 2 personas A y B, por eso cuando las dos personas en momentos de desconfianza y crisis van a retirar lo que es “su propiedad” se encuentran que no existe porque es solo virtual.

Soluciones drásticas hay… ¿alguien quiere aplicarlas?