Guillermo Arévalo González, gerente de la constructora Arévalo Palacios, que no terminó las obras en la vía Río Blanco–Ambato pese a que cobró un anticipo de $ 5,7 millones, firmó cuatro letras de cambio por un total de $ 1’519.200 a favor de César Mancheno Vargas, el 20 de marzo del 2009.

Al no cobrar ese dinero, Mancheno planteó cuatro demandas en los juzgados de Quito. En una de ellas, por una letra de 368.000 dólares, aparece una declaración juramentada ante la Notaría 29 de Quito, en la que Arévalo reconoce esa deuda y se compromete a pagarla “con las utilidades y beneficios que va a percibir por los desembolsos que deben entregarle por efectos del contrato… suscrito con el MTOP para la rehabilitación y mantenimiento de la vía Ambato–Río Blanco”.

Mancheno pidió que se cite a la compañía Arévalo Palacios en la oficina 301 del edificio Alpallana II. En ese inmueble, en la oficina 402, funcionan varias empresas de Mancheno.

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Además, Mancheno planteó tres demandas adicionales en contra de la constructora con base a un contrato según el cual le prestó $ 300.000 a la compañía con la garantía de que deje en prenda 22 maquinarias de su propiedad.

Arévalo Palacios presentó esos mismos bienes como contragarantía para que la firma Centro Seguros le emita la póliza de buen uso del anticipo de 5,7 millones de dólares que le había dado el MTOP.

Este Diario intentó obtener la versión de la constructora, pero sus oficinas están cerradas.

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Según la Superintendencia de Compañías, al 20 de marzo, Mancheno tenía dos empresas: Goldenmind y Andiplásticos, que no reportaron utilidades en el 2008. Su abogado en estos casos es Joan Paul Egred.

El asambleísta Fernando González (ex PAIS y ahora oposición), que ha denunciado irregularidades en esta obra y que es amigo de Mancheno, comentó: “No sé de dónde podría sacar Mancheno $ 1,5 millones”.