Las organizaciones indígenas ven como un reto el próximo censo y esperan representar el 20% de la población ecuatoriana.

En el censo del 2001 lograron un reconocimiento del 6,8%, con un crecimiento del 1% en relación con el censo anterior, lo que los dejó descontentos.

Ante estas expectativas, la Conaie, la Feine y la Fenocin han organizado grupos de chasquis (mensajeros) para que promocionen la autoidentificación en sus comunidades, según Ángel Medina, presidente del Consejo Nacional de Estadísticas para Pueblos Indígenas y Afroecuatorianos (Conepia).

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El jueves último, estas organizaciones, junto con representantes montubios y afros, reanudaron su pedido al Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) por una mayor promoción de la pregunta 16, incluso en sus lenguas aborígenes.

Según la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), en Ecuador existen diez nacionalidades: Cofán, Siona, Shiwiae, Andoa, Shuar, Awá, Chachi, Épera, Tsáchila y Kichwa; y quince pueblos indígenas: Quichua Saraguro Amazónico, Manta, Wankabilka, Otavalos, Panzaleos, Kisapinchas, Pasto, Natabuela, Kayambi, Chibuleo, Waranka, Puruwá, Kañari, Palta y Saraguro andino.

Diocelinda Iza, presidenta del movimiento indígena de Cotopaxi, dice estar preocupada por los resultados del censo.

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“A través de ese porcentaje se puede pretender debilitar e incluso eliminar al sector indígena”, sostiene.

El sociólogo José Cobo, en cambio, observa que aún la sociedad es excluyente, segregadora, por ello indígenas que migran a la ciudad cambian su atuendo, su idioma, para lograr reconocimiento.

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Como ejemplo cita a la asambleísta Lourdes Tibán (Pachakutik), quien estudió la universidad como mestiza. Al respecto, Tibán dice que su identidad interna la tuvo siempre clara porque vivió con sus abuelos, y aprendió quichua y sus costumbres, pero su identidad externa estaba confundida.

“Mis abuelas usaban anaco, pero mi mamá falda y al igual que mi papá hablaba el quichua como segunda lengua. Vivía una gran confusión hasta que aprendí a sentirme orgullosa de ser indígena a pulso de vivencias y de la lucha de la Conaie”, cuenta.