Patricia Villarruel
MADRID.- Cuando ayer el presidente del tribunal de la Audiencia Nacional española, Alfonso Guevara, pronunció la frase "el juicio queda visto para sentencia", una sensación de alivio recorrió el cuerpo de Luis Jaime Palate. Atrás quedaban cuatro días en los que peritos, policías, médicos, guardias, testigos han repetido hasta la saciedad cómo fueron los minutos que precedieron a la muerte de su hermano Carlos Alonso Palate, y a la de Diego Armando Estacio, a manos de la banda vasca ETA, el 30 de diciembre de 2006.