Para el técnico de Liga de Quito, Jorge Fossati, y el volante imbabureño Édison Méndez, la clave para la victoria 5-1 sobre Fluminense, la noche del pasado miércoles en Casa Blanca, por la final de ida de la Copa Sudamericana, fue el trabajo y no desesperarse tras ir en desventaja a los 40 segundos.

Marquinho puso en ventaja al cuadro tricolor antes del primer minuto de juego, pero los albos demostraron contundencia y terminaron por golear a los cariocas que serán locales el miércoles, en el Maracaná.

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Los goles albos fueron de Méndez (21m, 44m y 60m), Franklin Salas (77m) y Ulises de la Cruz (88m).

“No cualquier equipo se levanta con fuerza después de recibir un cachetazo de esos, pero tuvimos el equilibrio necesario para darlo vuelta y conseguir una buena ventaja para ir al partido decisivo en Río de Janeiro”, señaló el estratega.

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Méndez, que aportó con tres anotaciones, destacó que la diferencia de goles maquilló el mal arranque del equipo.

“Nunca se pensó en este resultado. Empezamos un poco nerviosos pero lo importante es que el equipo no se desesperó. Faltan 90 minutos y nuestra autoestima está bien porque un resultado así te da muchas posibilidades”, señaló.

‘Zurra inesperada’
Para la prensa deportiva brasileña, Fluminense quedó lejos de obtener su primer título internacional tras perder por una “zurra (goleada) inesperada”.

Para Lance, el Flu acabó siendo derrotado “sobre todo por el arma más conocida y letal del adversario –Édison Méndez– que fue la referencia de los ecuatorianos, y mucho más, tuvo toda la libertad para explorar sus terribles tiros”.

“No sería exagerado decir que faltó un poco más de cuidado con el balón. Fue el fin del invicto de 13 partidos del Tricolor carioca”, agrega.

La edición en línea del diario O Globo destaca el “amargo recuerdo” que trajo esta derrota, que revivió la final de la Copa Libertadores de América 2008, que Liga ganó al Fluminense.

‘Fluminense revé fantasmas de 2008 y sufre goleada en Quito’, tituló Folha de Sao Paulo.