Desde temprano, las principales vías y plazas se vistieron de celeste y blanco. Las bandas, las cachiporras y los carros alegóricos llenaron de color y alegría a Guayaquil. El desfile náutico por el Guayas fue otro colorido homenaje.

Era la primera vez que escuchaba el tun tun de los tambores, los finos sonidos de la lira, la fuerza de las trompetas, los vivas y los aplausos. Jack Lavayen, de 2 años, descubrió ayer la magia, el color y la alegría que tienen los desfiles,  y le gustó.

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Aplaudía emocionado y su risa tenía eco en su padre, Abel Lavayen, al que abrazaba cada vez que frente a sus ojos marchaba una banda de guerra estudiantil, un grupo de cachiporreras o firmes alumnos portando las banderas de Guayaquil y del Ecuador a lo largo de la avenida Nueve de Octubre.

Esta vía, el corazón de la urbe porteña, se convirtió ayer en el escenario del IX Desfile Cívico Cultural Guayaquil Más Ciudad, que este año se llamó Guayaquil, ciudad de encanto, paz y progreso. En la intersección con la calle Baquerizo Moreno, Jack observaba la parada estudiantil como parte de un ejercicio de estimulación para sus oídos. En junio, él fue sometido a un implante coclear para superar una sordera profunda, cuyo éxito confirmó ayer al no parar de reír en el desfile.

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La alegría de los guayaquileños que celebran los 474 años del proceso de fundación de la ciudad se evidenció ayer en miles de ciudadanos que se concentraron desde las ocho de la mañana para observar el derroche de civismo con el que miles de jóvenes de 163 colegios homenajearon a la ciudad.

Los asistentes llegaron desde temprano para conseguir un puesto en las bancas, en las veredas de la avenida o para ver de pie las dos horas de festejo ciudadano. Michelle Gutiérrez, de 8 años, llegó vestida para la ocasión, con un llamativo sombrero de guayaquileña con el que ayer se había presentado en la fiesta porteña del cuarto grado de la escuela Ramón Augusto Castillo, en las calles Capitán Nájera y la Novena.

“Estamos desde las seis de la mañana, siempre llevo a mi nieta a los desfiles, yo misma le compro los trajes”, decía Raquel Pareja, de 50 años, y abuela de Michelle, quien orgullosa repetía: “Cumplimos 474 años de ser alegres y abiertos, porque así somos los guayaquileños”.

Niños y adultos se deleitaban con las danzas de las cachiporreras, las tonadas patrióticas de las bandas y los carros alegóricos con motivos guayaquileños. Ahí, detrás de cada delegación educativa, venían las representaciones del Guayaquil de antaño y el moderno, aquel que evocaba los tiempos huancavilcas de Guayas y Quil, de aquella época en que los cocodrilos eran la principal atracción del río Guayas, pero también aquel que mantiene firme su tradición de producción, trabajo y progreso económico.

Agapito Cárdenas era quien más fuerte aplaudía el paso de las bandas y estandartes. Incluso incentivaba a los asistentes a que promovieran vivas para los estudiantes. “Durante todo el recorrido he venido fomentando el civismo”, decía Cárdenas, profesor de primaria en la escuela municipal de Samborondón. Él también fotocopió 200 páginas de un acróstico que le hizo a la ciudad y los repartió entre el público.

“Generoso, amigable, leal y gentil, así es mi noble gente de este histórico pueblo de Guayaquil, una ciudad honestamente solidaria y hospitalaria”, decía el poema de este habitante porteño de 75 años, orgulloso de haber nacido en esta tierra.

Oportunidad de trabajo
El desfile también reunió a decenas de comerciantes que aprovecharon para vender una gran variedad de productos: agua, colas en vaso, gorras, sombreros, juguetes y comida.

CTG, Policía y guardias
Aunque varios coordinadores aseguraron que el desfile tenía el apoyo de uniformados de la Comisión de Tránsito, la Policía Nacional y la Metropolitana, los asistentes se quejaron de la escasez de personal en el acto.

Reciclaje tras desfile
Unos doce alumnos del colegio Cayetano Tarruel se dedicaron a reciclar las botellas plásticas que quedaron tras el desfile en la avenida Nueve de Octubre. David Pérez, Irwing Rodríguez y Kevin Ponce recogieron 600 de estos desechos.