La undécima entrega de la colección Palabra Viva, que edita la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE) Benjamín Carrión, tuvo la noche del pasado miércoles como invitado a Fernando Artieda en su antología poética Seco y volteado.

Una pantalla gigante, colocada en medio del escenario de la Sala Demetrio Aguilera, sirvió para escuchar de viva voz la poesía del autor, quien se halla en una silla de ruedas.

En el video, Artieda, vestido con un saco blanco, declamaba en un atril sobre la muerte del famoso cantante ecuatoriano Julio Jaramillo: “Las putas sacaban monedas de sus chaucheras trasnochadas y las metían en las ranuras para escuchar: ‘No puedo verte triste porque me mata, tu carita de pena, mi dulce amor...’. Y comentaban y algunas hasta lloraban. Y el maricón Alfredo tenía que estarlas arreando: ‘Ya pues, señoras, a trabajar; déjense de pendejadas, ni que el hombre hubiera sido su marido’”.

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Marco Antonio Rodríguez, presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana matriz, resaltó la obra del escritor y periodista, de  64 años  (nació en Guayaquil en 1945).

“La palabra ha sido y será en Fernando Artieda su otro, su álter ego, su primer yo, espontáneo y rebelde, que jamás ha hecho concesiones a nadie ni a nada”, mencionó.

Contó que la relectura de la obra de Artieda lo motivó a reflexionar sobre lo que se ha llamado poesía popular. “La poesía de Artieda no miente, es verbo engendrado en la matriz de la doliente sabiduría de nuestros pueblos. Fluye por los cauces de la desmesura”, dijo.

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En los exteriores de la sala se colocaron varios ejemplares del autor, entre ellos Que un hombre macho no debe llorar y Una golondrina no hace un carajo. Ambos del 2006.

Lenin Artieda, periodista e hijo de Fernando, declamó algunos de los poemas que escribió su padre. Previamente explicó que la enfermedad  ha privado a su progenitor del habla, pero no del pensamiento.

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“Yo, que he traído un sol para la fiesta con esta carcajada de gigante y un puñado de rayos enjuagados de tiempo, sacudo mi melena de siglos, mis ruidos estelares y propongo hondos ritos de fuego”, mencionó. 

Renata Artieda también declamó versos de la  autoría de su padre. El grupo Madrigal, originario de la provincia de Los Ríos, musicalizó los poemas de Artieda en esta noche de homenaje al poeta.