Con motivo de mi artículo que, con el título que antecede, publicó EL UNIVERSO el 20 de mayo del 2009, recibí opiniones y comentarios, verbales y escritos, que confirmaron mi percepción sobre la importancia del tema.

En los corresponsales aprecié, además de añoranzas, un marcado interés en el ejercicio y la difusión de la lectura y por eso, para reciprocar su atención, traslado a usted sugerencias de cinco personas, que respondieron a mi pregunta de cómo promover lecturas, a la par informativas y formativas, en todo tiempo y lugar:

-Rafael propone que el Gobierno o las universidades abran bibliotecas on-line, para que toda persona, no solo estudiantes, tenga acceso gratuito y permanente a internet, y que se incluyan las revistas de mayor importancia científica.

-Teresa considera que en las escuelas se debe motivar a los educandos con concursos semanales de lectura, otorgando premios a quienes mejor leen y analizan lo leído; que los padres de familia se hagan acompañar de los hijos para leer las noticias del día; que los medios de comunicación hagan programas de comedias motivando la lectura, que publiquen una revista mensual gratis, con lecturas científicas, tecnológicas y ambientales, enseñando a amar la madre tierra y a cuidar nuestro planeta; y además hacer un concurso anual de lectura en los niveles escolar y medio, otorgando un premio a ser entregado por una persona muy ilustre.

-Yolanda sugiere fomentar la lectura de cuentos por parte de los padres y madres a sus hijos desde pequeños, creando mayores vínculos; y, que en los colegios se incentive la lectura, mandando a leer libros a ser comentados en público.

-Blanca, por su parte, piensa que en las empresas podrían formarse clubes de lectura, incluso para mejorar el clima organizacional y, por qué no, derivar a otras actividades de desarrollo humano.

-Alexandra quisiera que se promueva un centro de intercambio y donaciones de revistas, para obsequiarlas preferentemente a padres de familia de escasos recursos o a los habitantes de las zonas perimetrales de las ciudades; que EL UNIVERSO, dentro de su concurso de Genios, premie con una suscripción a los ganadores que estudien en instituciones fiscales.

Es probable que también usted tenga en mente cómo estimular la lectura que ayuda a la mejor formación personal, que derive en preocupación por los problemas colectivos y en compromiso para actuar positivamente, en bien de la comunidad.

La ocasión para tratar estos temas se ha presentado: varios caminos y posibilidades de acción se nos abren. ¿Permaneceremos ajenos o nos incorporaremos a algún tipo de fomento de la lectura formativa, como los transcritos?

Sería estupendo que veamos este posible accionar como una forma de efectiva participación ciudadana, eminentemente cívica, no de política partidista, pero de gran beneficio social.

Me parece que algo está cuajando en su mente y que ya se apresta a crear: su feria de trueque, su depósito de lecturas para compartir o su grupo de apoyo a la difusión de la lectura, similar a los que ya existen y debemos apoyar.

¿Podremos contribuir a nuestro progreso efectivo, técnico y moralmente aceptable, difundiendo lecturas formativas? ¿Sería tan amable en darme su opinión?