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Lector: Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles.
En aquel tiempo, entró Pedro en la casa del oficial Camelia, y este le salió al encuentro y se postró ante él en señal de adoración. Pedro lo levantó y le dijo: “Ponte de pie, pues soy un hombre como tú”. Luego añadió: “Ahora caigo en la cuenta de que Dios no hace distinción de personas, sino que acepta al que le teme y practica la justicia, sea de la nación que fuere”.