Según funcionarios de inteligencia de la Policía ecuatoriana, en Carchi, Sucumbíos y Esmeraldas existen al menos 70 prostíbulos que funcionan legalmente, pero hay muchos más que son clandestinos.

En Esmeraldas –aseguran las fuentes– en el balneario de Atacames se observa el tráfico de mujeres, incluidas menores de edad, situación que ha sido puesta en conocimiento de las autoridades; pero las denuncias no han tenido la atención de parte de los organismos gubernamentales.

En la provincia de Sucumbíos hay registrados 24 locales que funcionan con los permisos correspondientes, entre bares, casas de cita y clubes privados. La mayoría,  ubicados en la ciudad de Lago Agrio.

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En Sucumbíos, provincia de 130 mil habitantes, uno de los mayores dolores de cabeza es la trata de personas, especialmente de chicas que llegan al país huyendo del conflicto armado colombiano, quienes caen en poder de mafias formadas por individuos de los dos países.

En el Carchi, la permeabilidad de la frontera convierte al sector en escenario propicio para este ilícito. En Tulcán funcionan legalmente tres prostíbulos y en el cantón Montúfar, cuatro.

No obstante, en la provincia es un secreto a voces que ciudadanas colombianas contratan casas donde ofrecen servicios sexuales sin ningún tipo de control.

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En muchas ocasiones las víctimas intentan huir de las redes de prostitución y retornar a Colombia.

Según autoridades de la Policía, no tienen pistas de quiénes integran las cadenas de trata de personas y por ello no pueden capturarlos.