Desde hace mucho tiempo y en diversos parajes escuche una sentencia que he tratado de conservarla: “Las cosas por muy conocidas no se las menciona; por no mencionarlas, no se las recuerda; por no recordarlas se las olvida”.  Si alguna virtud tiene esta columna es esta: recordar a los amables lectores verdades que por no mencionarlas pueden ser olvidadas. Con esta finalidad, en vísperas de la iniciación del año lectivo en el Litoral ecuatoriano, bien vale volver sobre ciertos temas con el peligro de llover sobre mojado. Vamos al grano.

1. Los directores y rectores de centros de educación, entre otras cualidades, deben ser administradores eficientes y eficaces, es decir, personas que saben planificar, organizar, ejecutar y evaluar oportunamente. No puedo pensar en autoridades que vivan y actúen reñidos con elementales principios de una sana y elemental administración institucional.

2. Lo dicho para directores y rectores bien vale para los directores provinciales, subsecretarios regionales y para los principales dirigentes de la educación, con sede en Quito. Si en las alturas se falla, el andamiaje tambalea y es imposible actuar coordinadamente para obtener resultados plausibles o por lo menos aceptables en bien de la educación nacional.

3. Conozco que en cuanto se refiere a la confección de los uniformes escolares, en el Guayas, se “sigue hilando el subdesarrollo”; que se ha rescindido un primer contrato y ahora se busca ganar tiempo al tiempo mediante parches de última hora: “que los estudiantes vayan, el primer día de clases, con el uniforme viejo o con cualquier ropita hasta que se puedan confeccionar los nuevos uniformes…”. Juzguen ustedes, amables lectores, ¿existe planificación y supervisión?

4. La prensa nos informa que varias escuelas y colegios todavía no adecentan sus locales, que hay aulas que no se han construido, que faltan bancas, etcétera. Estos trabajos se realizan todos los años en escuelas y colegios, antes del inicio de clases; la diferencia es que para los centros particulares de educación este punto es de vida o muerte, porque los padres de familia antes de matricular a un hijo tienen la prolijidad de visitar los establecimientos para constatar si los directivos o dueños de los centros educativos son gente responsable; en el fisco, por la gratuidad y por la carencia de recursos de los padres de familia, se acepta “lo que haiga”. Qué pena, parece ser que los males endémicos siguen  in crescendo  en lugar de desaparecer. Los eslóganes venden ilusiones que la realidad las pulveriza.

5. Bien haría el MEC en informar a la opinión pública cuántas escuelas y colegios, el día de hoy, miércoles 25 de marzo, están listos para recibir a los estudiantes y cuántos no lo están, tanto en la ciudad como en el campo, porque se habla de porcentajes demasiado altos de escuelas y colegios que no estarán aptos para recibir a los estudiantes el próximo miércoles. El invierno no es el culpable de nuestra inoperancia, porque el invierno siempre estuvo presente en el Litoral y siempre hizo, unas veces más otras menos, lo que él sabe hacer: llover y llover.