Mi hija estaba con ilusión a la espera del tan publicitado show de
Patito feo. Adquirí con tiempo las entradas y llegamos temprano.

El tiempo de espera fue largo, las colas inmensas, mas, el verdadero
calvario se dio en el interior cuando muchos nos dimos cuenta, antes de
iniciarse el show, que a la ‘Patito’ no le veríamos ni la cola porque
el lugar no cuenta con la infraestructura necesaria para desarrollar
espectáculo alguno, que permitiera a todos desde la primera hasta la
última fila, disfrutar de una función por la que pagamos y pensamos
salir satisfechos. Nos sentimos defraudados por no haber revendido
nuestras entradas a tiempo a los revendedores, que con dólares en mano
nos ofrecían el doble del dinero que habíamos gastado.

Qué caos. Todos los asistentes ante la imposibilidad de ver, nos
pusimos de pie en las sillas y algunos cargaron a sus hijos en hombros
con el peligro de accidentes, que sí sucedieron.

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A más de  la falta de espectáculos respetables en nuestra ciudad, se
suma el no contar con un verdadero coliseo, estadio..., en el cual por
unas cuantas horas al vaivén de la música y el baile de artistas,
olvidemos nuestras vicisitudes y disfrutemos como espectadores que
merecemos respeto. La Dirección de Espectáculos del Municipio o algún
otro organismo encargado de otorgar los permisos para la realización de
estos shows, que no vuelvan a permitir que estos se realicen en este
sitio. ¡Hasta cuándo los guayaquileños seremos vejados! ¿Por qué no se
realizó en el coliseo Voltaire Paladines,  ya que por lo menos cuenta
con graderías que nos hubiera permitido ver a ‘Patito’.

Priscilla Alcócer Cordero
cirujana plástica, Guayaquil