Cuando en la pasada entrega de los Globos de Oro ganó el premio a Mejor actor, por su papel en The Wrestler, el estadounidense Mickey Rourke, de 56 años, agradeció en un emotivo discurso a sus perros.
“A veces, cuando un hombre está solo, todo lo que tiene es a su perro. Y han significado el mundo para mí”, manifestó entonces el artista, quien el lunes anterior enfrentó la muerte de Loki, la perra chihuahua de 18 años y de colores marrón y blanco con la que fue fotografiado durante su paso por la alfombra roja del Festival de Venecia, Italia, desarrollado en septiembre pasado.
Publicidad
Rourke se ha sentido bastante afectado por la pérdida del animal, informaron sus representantes a las noticias del canal E! Añadieron, no obstante, que cuando le preguntan sobre su familia, el artista responde que sus perros son más importantes que esta (www.publico.es). Él sí acudirá a la entrega de los premios Oscar, prevista mañana en el Teatro Kodak de Los Ángeles, Estados Unidos.
Lo hará para disputar con Richard Jenkins, Frank Langella, Sean Penn y Brad Pitt la estatuilla a Mejor actor, nominación obtenida por la cinta The Wrestler. Allí encarnó a Randy The Ram Robinson, un luchador que, luego de saborear el éxito, vive su agonía profesional mientras sufre el olvido de su hija –interpretada por Evan Rachel Wood– e intenta vencer la soledad con el amor de una stripper, caracterizada por la también candidata al Oscar, Marisa Tomei.
Publicidad
De ganar la estatuilla dorada, Rourke coronaría su resurrección profesional tras varios años de mantenerse alejado de la gloria. Su desaparición se debió a la vida de excesos que llevó y en la que solo contó con la compañía de sus animales. De allí que la muerte de Loki sea considerada por él como un duro golpe. La chihuahua murió de madrugada y, según el portal www.urgente24.com, en sus primeras declaraciones sobre el tema el artista solo habría expresado no tener palabras ante lo sucedido.
También se reveló que el astro de filmes como Nueve semanas y media recientemente contó que le debía la vida al padre de la chihuahua, Beau Jack, que murió en el 2002, porque la mascota “lo convenció” de no suicidarse cuando estaba deprimido.