Su armario está lleno de prendas de los más reconocidos diseñadores,  ha viajado por todo el mundo  y dos de sus tres hijas emparentaron con la realeza  al casarse con miembros de la monarquía.

Para la prensa rosa internacional, María Chantal Pesantes Palacios o Marie Chantal Miller es una especie de heroína de cuentos de hadas, donde la doncella transforma  su vida al conocer a su príncipe azul.

Pero para Norma Pesantes, hermana mayor de Chantal, la fama de ella no es cuestión  de magia o suerte. “Ella es muy  inteligente y siempre supimos que tendría una vida especial”, expresa.

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Norma y sus cuatro hijos son los únicos parientes directos que le quedan en el país a María Chantal, una guayaquileña que emigró hace cuatro décadas a Estados Unidos y después se casó con el multimillonario  Robert Miller, dueño de una cadena de tiendas duty free (libre de impuestos).

En 1995, Chantal se convirtió en consuegra de los reyes de Grecia cuando su segunda hija, ahora de 40 años y quien lleva su mismo nombre, contrajo matrimonio con  el príncipe Pablo.  Su hija Pía, de 42, está casada con Paul Getty, nieto de un magnate petrolero; y  Alexandra, de 36, se divorció hace unos años del príncipe Alexander von Furstenberg.

Norma, quien hace un mes retornó de un viaje a Estados Unidos,  describe a sus sobrinas como mujeres emprendedoras y  madres  al 100%. Eso, dice, es una herencia de su abuela, la ambateña Leonor Palacios. “Aunque en la casa había empleadas, mi madre siempre estaba pendiente del hogar,  ella cocinaba y cuidaba de mí y mis siete hermanos”.

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Cuenta que Palacios también ayudaba en los negocios a su esposo, Darío Pesantes, cuencano radicado en Guayaquil, que laboraba como proveedor de alimentos de una empresa petrolera.

Fue por el consejo y la ayuda de los extranjeros que conoció en su trabajo  que Pesantes decidió enviar a sus hijos a estudiar en  Estados Unidos. Marie Chantal fue la penúltima en irse, cuando tenía 12 años y estudiaba en un colegio particular cercano a su casa (al sureste de Guayaquil), aunque Norma dice no recordar cuál era.

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En Norteamérica, Chantal realizó la secundaria en Forest Hills y luego se graduó  en la universidad en comercio internacional, carrera que compartió con su afición de ser modelo de pasarela. En sus vacaciones retornaba al país para visitar a Norma, quien para entonces se había casado y vivía en Ambato. “Ella traía ropa lindísima para vender y deslumbraba con sus vestidos de Chanel”.

Fueron las primeras muestras de un exquisito gusto por la moda que fue desarrollando con el tiempo y que transmitió a sus hijas. En el jet set internacional, la princesa Marie constantemente aparece en las listas de las mujeres mejor vestidas y abrió una tienda de ropa para bebés diseñada por ella;  mientras Pía es la representante de la cadena de cosméticos Sephora.

FLECHAZO
Norma cuenta que su hermana y Robert Miller se conocieron en un  avión, mientras ella viajaba por vacaciones a Hong Kong. “Fue amor a primera vista, porque a los seis meses de novios se casaron”.  La boda, a la que asistieron los padres de la joven, se realizó en Hong Kong, lugar donde la pareja estableció su residencia por un tiempo. Durante este,  Chantal fue nombrada Lady por el Reino Unido, como testigo de la entrega de la colonia del Japón a China por parte de Inglaterra, asegura Norma. Sin embargo, por los continuos viajes de negocios, las Miller fueron enviadas a estudiar a internados suizos junto con su prima Joyce Pesantes, quien murió de cáncer el año pasado.

No obstante, recalca Norma, la familia de su hermana siempre estuvo muy unida. “Chantal jamás se despreocupó de sus niñas, es cariñosa y cada reunión con ella es una fiesta”, indica al recordar que cuando su hermana tenía 7 años construía escenarios en la casa, vestía a sus muñecos y cobraba entradas a sus familiares para que la vieran cantar y actuar.

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El teatro siempre fue su afición constante, tanto que en los cumpleaños de Miller ella prepara grandes espectáculos, como la vez en que, según Norma, se presentó en una de sus fiestas montada en un elefante. “Chantal tiene una personalidad iluminadora y yo la admiro y la quiero mucho”, expresa Norma.