El Día de los Inocentes, que se conmemora hoy, tiene una connotación religiosa y hagiográfica, es decir, la historia de los santos.Según la Biblia, Herodes el Grande era rey de Judea. Fue un hombre sanguinario, tuvo diez esposas y siete hijos de los cuales mandó a matar a tres, comenta el padre Miguel Duarte, de la parroquia Cristo del Consuelo.De acuerdo con el evangelio de Mateo, capítulo 2, la historia comenzó cuando llegaron a Jerusalén unos magos (adivinos y sacerdotes de una religión pagana) preguntando ¿dónde está el rey de los judíos que ha nacido?, porque habían visto una estrella en Oriente y llegaban a adorarlo.Herodes al escuchar la noticia tembló de miedo y reunió a sus sacerdotes para preguntarles dónde debía nacer Cristo. Ellos contestaron que en Belén de Judá, según lo escrito por el profeta.Inmediatamente, Herodes llamó a los magos para saber la fecha exacta en que había aparecido la estrella y les dijo que cuando supieran de él le informaran para ir a adorarlo.Los magos siguieron su camino y cuando encontraron al Niño Jesús con su madre María y su padre José lo adoraron y le dieron regalos: oro, mirra e incienso. Después los magos recibieron un aviso en su sueño de no regresar donde Herodes y que se fueran a su país por otro camino. Un ángel también se le presentó en sueños a José y le dijo que tomara a Jesús y a María y huyeran a Egipto, porque Herodes buscaría al niño para matarlo.Y así fue, Herodes al ser engañado por los magos mandó a sus soldados a matar a todos los niños menores de 2 años que habían nacido en Belén, situada a 10 km de Jerusalén, y los alrededores.Según Ezio Garay, historiador, genealogista y paleógrafo, Herodes dio esa orden porque tenía miedo de perder el poder, ya que los profetas o clarividentes le habían dicho que sería suplantado por un niño al que llamaban Rey de Judá.“Esa matanza fue un acto inhumano propio de la época, ya que la crueldad era parte del poder. Incluso la costumbre romana tanto de los reinos dominantes e inferiores crucificaba a la gente”. Los historiadores medievales, agrega Garay, especulaban que habrían muerto entre 3 mil y 15 mil niños en Belén, pero esa cantidad era demasiado para la época, quizás fueron solo 3 mil, suponiendo que era una ciudad superpoblada. Los niños murieron porque la sociedad era machista y quien heredaba un reino era un varón.Duarte indica que la matanza de los inocentes se produjo entre el año 6 y el 4 antes de la era cristiana (empieza en el año uno). “Los niños asesinados fueron los primeros mártires que dieron su vida por Cristo sin saberlo. Por eso los cristianos van tomando conciencia de que había que conmemorarlos después de la Navidad, el 28 de diciembre, aunque no es una fecha exacta”. Todavía, agrega, hay inocentes que siguen dando sus vidas por Cristo sin saberlo, al ser abortados o abandonados por sus propios padres. Por ello, la mejor manera de recordar ese hecho sangriento y aterrador sucedido hace más de 2.000 años es defendiendo la vida de los niños. No hay que permitir que mueran de hambre, que se queden ignorantes, que los encadenen o estén en una situación de encierro. Tampoco se debe permitir que sean gritados u ofendidos o que presencien las peleas de sus padres, porque son seres inocentes, que no conocen el mal ni lo hacen. Para evitarlo, dice el sacerdote, debemos educarnos para poder educar y amar para poder amar. Es la única forma de preservar la inocencia de los niños del mundo.