La siembra directa o labranza cero es un sistema que  está revolucionando el mundo, como ya ha sucedido en Brasil al bajar notablemente los costos de producción y recuperar los suelos,  explicó Rainoldo Kochman, especialista brasileño, ex funcionario del Centro de Investigación Embrapa de Brasil, en el primer simposio internacional de maíz realizado por Ecuaquímica en Quevedo.

Según el experto, con este sistema que ya lo inició la empresa privada  en  Ecuador, luego de 5 años de ponerse en práctica, los agricultores podrán ahorrar un 50%, ya que el suelo no necesitará fertilizante por la gran recuperación que se ha logrado con la protección de la capa vegetal.
 
En Brasil, explica Kochman se  ha cultivado en la parte sur más del 85%  de la tierra,   es decir, de los 6 millones de hectáreas  cultivables, 5 millones son con siembra directa y en todo el país la cifra se acerca a los  30 millones de hectáreas, en condiciones climáticas parecidas  a las de Ecuador, ya que esto influye para el buen desarrollo de la actividad.

La siembra directa, asegura el experto, es la manera de contraatacar todos los problemas de los suelos erosionados, produciendo beneficios al  aumentar el contenido de la materia orgánica y la capacidad de almacenamiento del agua en el suelo.

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En este sistema, que se utiliza en cultivos anuales y especialmente granos, la economía se empieza a apreciar luego de los 5 años, al ver la baja en mano de obra, fertilizantes, matamalezas, etc.

“A pesar de todos estos beneficios, en Brasil no fue fácil implementar el sistema, los agricultores tradicionalistas no creen mucho hasta que no ven los resultados”, explicó Kochman.

Para iniciar sin problemas lo primero que se debe hacer es entrenar técnicos que lleven motivación al campo y que puedan llegar con el mensaje que se necesita para lograr el cambio de mentalidad. La estrategia, argumenta el investigador, es  empezar a experimentar en pequeñas parcelas y que vean los resultados para que los agricultores puedan ver los errores que se pueden cometer y se corrijan las fallas para empezar en todo el terreno sin problemas.

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En América Latina, asegura el experto, Argentina viene trabajando muy bien, sobre todo en soya, donde ha incrementado la productividad bajando costos de producción.

 En Ecuador, la adopción de la siembra directa va a tomar unos 20 años; son pocos los agricultores que creen en ella,  pero ya está empezando. Así inició Brasil, y aquí, por las condiciones climáticas, puede tener un gran potencial, acotó el especialista brasileño.