Por Torffe Quintero Touma
entv.torffe@gmail.com.- ¡El día tenía que llegar! Los realities han cobrado vida propia y licencia, no solo para abrir la puerta de otros mundos personales, íntimos y paralelos a los televidentes, sino para exponer cualquier tema por absurdo que parezca. En un tiempo más la gripe será el tema de un nuevo programa de estos en Gran Bretaña. La comunidad científica sucumbió a la tentación.

En Ecuador, después de ‘Gran Hermano’ la pantalla ha debido soportar más de una situación incómoda. Ahora buscar a la quinta integrante de un grupo tropical local es la razón de ser del reality que Gamatv proyecta los domingos por la noche desde hace algo más de un mes.

Kandela y Son, un grupo con once años en los escenarios nacionales se coloca en el plató de los comentarios, la publicidad y el pensamiento de decenas de adolescentes que buscan un espacio entre las cantantes. Pero lo interesante no es qué se busca en este espacio sino cómo se lo hace. Según Loly Ochoa, mánager del grupo, en la prensa local, la escogida deberá ser ante todo “soltera, tener buena personalidad y amar la música por sobre todas los cosas”.

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No se descartan las visitas al quirófano para arreglarle algún desperfecto a la seleccionada ya que no puede “desentonar con las otras integrantes del grupo”. Cosa fácil dado que para la raza ecuatoriana poseer un cuerpo de las medidas y la exuberancia de las actuales Kandela y Son, solo se logra con tener al cirujano plástico casi de cabecera.

Las chicas son juzgadas individualmente en situaciones grupales… Suena ambiguo, ¿cierto? Pues lo es. Más aún cuando a lo largo de una semana se les ha metido en el casete que el canto es un trabajo en equipo, cuando para ganarse el derecho a participar fueron supuestamente entrevistadas psicológicamente para saber si podían o no trabajar en grupo.

El formato del reality da para mucho, si no pregúntenle a Nieves Herrero, una conocida periodista de Valencia, España; a quien se le atribuye la primera inserción de los realities.

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El televidente se sienta frente al programa de Gamatv y busca un aliciente para quedarse, pero lo que se le muestra es una suerte de arbitrariedades de poca calidad, imposibles de defender. Jueces que se salen de su papel para convertirse en instructores de las participantes. Una mánager que antes de las eliminaciones es profesora de las concursantes.

Un coreógrafo y bailarín (salido de otro reality, claro) que no contento con enseñar a las participantes cómo moverse en el escenario para el día de la eliminación, también ese mismo día se sienta en el banquillo de los jueces. Moderador y entrevistado, juez y parte, mánager y victimario. Yo me pregunto entonces ¿con qué tipo de juicios se evalúa a las participantes si detrás de ellas está el propio trabajo solo aderezado con la gracia de cada jovencita? ¿La ética puede estirarse tanto? ¿La paciencia del televidente frente a que le muestren programas como este no se agota?