Esperanza de cambio. Millones de estadounidenses y decenas de líderes de todo el mundo esperan un nuevo rumbo en el gobierno estadounidense. El fin de la guerra en Iraq, la solución a la crisis financiera mundial o el término al embargo a Cuba. El electo presidente de EE.UU., Barack Obama, se ha convertido en receptor de las esperanzas de cambio de millones, desde India hasta Medio Oriente y América Latina.
Como muestra del fenómeno “obamanía”, fotos, flores y emotivos mensajes y pedidos de más de 163.000 ciudadanos de 189 países están desde el martes en un gran cartel en el monumento del Lincoln Memorial, en Washington.
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“Eres mi ídolo, te amo”. “Hemos sido bendecidos con un líder como usted”. “Ha inspirado a un país”. “Me siento muy honrado de decir que voté por usted, señor presidente”. “Traiga nuestras tropas a casa”. “Nos hace sentir orgullosos”...
Desde La Habana hasta Bagdad o la India, el electo presidente de EE.UU., Barack Obama, se ha convertido en centro de atención y receptor de esperanzas, como si fuera una megaestrella del espectáculo o más aún, de un superhéroe.
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En Cuba, dirigentes de la oposición confían en que Obama dialogue con el Gobierno de La Habana y levante las restricciones a viajes y envíos de remesas que puso George W. Bush para endurecer el embargo vigente hace 46 años.
“Al menos ha prometido acabar con las restricciones de viaje para los estadounidenses a Cuba y eso sería bueno para todos”, dijo, tras conocer los resultados Diego López, de 41 años, empleado de un restaurante de La Habana.
Como muestra del fenómeno “obamanía” evidencia reciente: fotos, flores y emotivos mensajes de más de 163.000 ciudadanos de 189 países cuelgan desde el martes, en un enorme cartel en el monumento del Lincoln Memorial, en Washington, en homenaje al primer presidente negro de Estados Unidos.
El cartel –de 8 metros de ancho y 3 de alto, colocado por activistas del movimiento cibernético Avaaz.org– rodea el emblemático monumento, sitio simbólico dedicado al presidente de la guerra civil, Abraham Lincoln, quien luchó contra la esclavitud, y además, lugar del legendario discurso “Yo tengo un sueño”, del líder de los derechos civiles de EE.UU., Martin Luther King.
Esta esperanza es la que llevó, al otro lado del mundo, a que indios musulmanes de la casta “dalit” o intocables, la más baja, celebren la victoria de Obama al que perciben como un ejemplo alentador para las minorías discriminadas”, que contribuirá a que estas luchen por sus “derechos y desarrollo”, explicó el líder del movimiento de los “dalit”, Irshadul Haque.
Analistas pensaron que Obama cometía un error al lanzarse como candidato. Pero, vio algo que muy pocos veían: que EE.UU. y el mundo están listos para un cambio de liderazgo.
En EE.UU. la mayoría votó por él en la creencia de que podrá solucionar la crisis financiera del país, con su secuela de recesión y desempleo, además de terminar la guerra en Iraq y la ancestral desigualdad racial.
Los afroamericanos ven en Obama plasmados los ideales de King, aunque “la discriminación en viviendas, crímenes racistas, alto porcentaje de presos negros y desigualdades en educación no desaparecen por simple elección”, dijo James Rucker, del grupo de derechos cívicos Color of Change.
A miles de kms., en la Base Adelantada Operativa Prosperidad, en Iraq, alguien gritó de alegría cuando la NBC anunció el triunfo de Obama, quien prometió retornar las tropas.
“Qué soldado va a decir que no quiere ir a casa? Tengo mujer y cuatro hijos. Quiero ir. Pero una cosa que todos queremos es asegurarnos de que los amigos que perdimos aquí no lo hicieron por nada”, expresó el capitán Ryan Morrison.
A nivel mundial las esperanzas que encarna Obama son de todo tipo. “EE.UU. está eligiendo un nuevo presidente, pero para los europeos está eligiendo un nuevo líder mundial”, señaló Alexander Rahr. Los líderes de la Unión Europea (UE) tienen “la certeza” de que su llegada a la Presidencia ayudará a librar al mundo de la crisis económica.
Incluso el mundo científico en la revista The Scientist lo felicitó públicamente y manifestó que espera una mayor apertura el desarrollo de las células madre para posibilitar el tratamiento de enfermedades como Alzheimer o Parkinson
Pero de “superobama” se espera además que consiga desde metas políticas como la paz en Medio Oriente o un acercamiento a América Latina hasta sueños e ideales como terminar con la pobreza y la enfermedad como señaló Nelson Mandela, quien lo precedió en la historia al ser el primer presidente negro de Sudáfrica, pasando por otros más mundanos, como lograr la sede de los Juegos Olímpicos del 2016 para Chicago, Illinois, estado del que Obama fue senador.