El borde del ojo del huracán "Ike" llegó a las 21:00 de este domingo (01:00 GMT del lunes) a la costa nororiental de Cuba con vientos máximos sostenidos de 195 kilómetros por hora, grandes penetraciones del mar y olas de hasta siete metros, informó el Instituto de Meteorología.

El ciclón, de categoría 3 en la escala de intensidad de 5, calificado por las autoridades de "extremadamente peligroso", azota provincias orientales y centrales de Cuba, donde fueron evacuadas de sitios de riesgo más de un millón de personas (el 10 por ciento de la población de la isla).

Antes de llegar a Cuba, el "Ike" causó al menos 48 muertos en Haití y destrucción y fuertes lluvias en la República Dominicana y Bahamas.

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Tocó la costa cubana cerca de Punta Lucrecia, en la provincia de Holguín, pero ya antes azotó las costas de Guantánamo con olas de hasta siete metros, fuertes lluvias e inundaciones de zonas costeras.

El mar penetró hasta 400 metros en Baracoa (Guantánamo), mientras las provincias de Holguín y Las Tunas comenzaban a sentir rachas de viento de 130 kilómetros por hora.

Según fuentes oficiales, fueron evacuadas a lugares seguros más de 250.000 personas en Camagüey, 230.000 en Holguín, 220.000 en Sancti Espiritus, 143.000 en Santiago, 120.000 en Matanzas, 90.000 en Villa Clara, 44.000 en Cienfuegos, 55.700 en Guantánamo y 65.000 en Las Tunas.

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La Defensa Civil cubana dictó hoy la fase de "Alarma ciclónica" para todas las provincias del país salvo La Habana y Ciudad de La Habana, que están en la fase precedente de "Alerta ciclónica", y Pinar del Río e Isla de la Juventud, que hasta el momento no están movilizadas.

El "Ike" redujo la velocidad de sus vientos máximos sostenidos durante la tarde de 215 a 195 kilómetros por hora, bajando de categoría 4 a 3 en la escala de intensidad Saffir-Simpson, y es posible que se modere más al recorrer Cuba de este a oeste en los próximos días, pero se sigue considerando muy peligroso.

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Es el segundo huracán de categoría mayor que llega a Cuba en solo ocho días, ya que el sábado de la semana anterior el "Gustav" arrasó el extremo oeste de la isla y destrozó 140.000 viviendas, miles de hectáreas de cultivos, cientos de escuelas y puesto de salud, reservas de alimentos y redes telefónicas y telegráficas.