Andrei Silnov, un soldado ruso, no iba a ir a Beijing, pero fue y conquistó oro en el salto de altura.

El ruso Andrei Silnov, que fue repescado por su país para Beijing 2008 dos semanas antes de su inicio, ganó ayer la medalla de oro de salto de altura en los Juegos Olímpicos, precediendo en la clasificación al británico Germaine Mason y a otro ruso, Yaroslav Rybakov.

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Silnov (23 años), que rebasó la marca de 2,36 metros en su primer ensayo, superó en 2 centímetros a Mason y Rybakov, ambos con 2,34 m.

Campeón olímpico en Atenas, el sueco Stefan Holm no pudo estar en el podio y se tuvo que conformar con el cuarto puesto, con 2,32 m.
Silnov, campeón de Europa en el 2006, pero que solo ocupó la cuarta posición en los selectivos de su país, no debía estar en Beijing. Pero realizando la mejor marca mundial de la temporada con 2,38 m, el 25 de julio pasado en Londres, obligó al Comité Olímpico Ruso a reflexionar sobre la conveniencia de llevarlo.

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Tras una votación de la directiva del Comité Olímpico de su país, Silnov fue integrado y ganó la presea de oro, mientras que Andrei Tereshin salió del equipo, aunque le cedió su dorsal número 2807, que se convirtió en un amuleto.

El ruso de la región de Rostov, soldado de profesión, tras pasar seis alturas siempre en su primer ensayo hasta 2,36 m, intentó después 2,42 m, que habría constituido un nuevo récord olímpico e igualado la plusmarca continental.

Medallista dos veces en el Mundial juvenil con Jamaica, Mason adquirió la nacionalidad británica el 8 de marzo del 2006.

BEIJING 2008: Salto de altura

Una maldición
La maldición de los campeones de altura, ninguno de los cuales ha podido repetir victoria en los JJ.OO., afectó también a Stefan Holm, que no pudo ganar el oro.