La Gioconda, también conocida como  Mona Lisa, fue pintada por Da Vinci entre  1503 y 1506, y es, hasta la actualidad, una obra que seduce y sorprende. El principal atractivo del cuadro, un óleo sobre tabla de 77x53 centímetros,  que se exhibe en el museo de Louvre, en París, Francia, es la célebre sonrisa de la modelo.  Da Vinci mantiene en la sonrisa un delicado y sutil juego de luces y sombras en torno a la nariz, los labios y el mentón, que porporciona al amable gesto   la enigmática profundidad que lo ha hecho mundialmente famoso.