No son recientes, pero sí actualizados. Así se refieren los técnicos del Consejo Nacional de Electricidad (Conelec) a los estudios de factibilidad del proyecto hidroeléctrico más grande del país: el Coca Codo Sinclair, que en el transcurso de esta semana ha dado mucho de qué hablar.

Los primeros estudios, recuerda un técnico de esa institución que pidió mantener su nombre en reserva, datan de 1975 y 1980, y los segundos de la década de los noventa.

Entre 1975 y 1980, refiere, se dio la etapa de evaluación del proyecto, que consistía en identificar a las mejores centrales a realizar en el río Coca: “el Coca Codo fue el ganador”.

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En una segunda etapa (1987 y 1992) se estableció la forma de construcción de la obra, que por ser bastante detallada se mantuvo hasta la actualidad, mencionó un experto del desaparecido Instituto Ecuatoriano de Electrificación (Inecel).

Ambos estudios le costaron al Estado $ 20 millones y tras 16 años de reposo, el Gobierno actual decidió retomarlo junto con la empresa estatal de energía de Argentina, Enarsa.

El lunes pasado, sin embargo, el Gobierno mencionó el valor de la obra con una importante variación: de los $ 1.591 millones subiría a $ 2.000 millones.

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Cuando el desaparecido Inecel terminó los estudios en 1992, la obra costaba $ 850 millones, pero consistía en dos unidades de generación que sumaban 859 MW.

En el 2008, el valor se trepó a $ 1.591 millones, porque la potencia de la central también creció: ya no eran dos, sino diez unidades (150 MW cada una).

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Alecksey Mosquera, ministro de Electricidad, asegura que esas variaciones son potenciales y están justificadas por la devaluación del dólar y por el costo de los insumos petroleros.

Pero a las críticas se sumó el rumor de que la obra no tenía estudios de factibilidad.

Hermel Flores, presidente de la Cámara de la Construcción de Quito, fue uno de los primeros en pedir claridad. “Hay cabos sueltos. ¿Cómo es posible que el megaproyecto del país se inicie sin tener los estudios (de prefactibilidad) al día, ni los montos (de inversión) exactos?”, comentó.

Según el cronograma, la construcción de la central empezaría en enero del 2009.

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Documentos
La organización EcoCiencia asegura que el Conelec le negó su petición de obtener una copia certificada del estudio de impacto y del plan de manejo ambiental.

Derechos
El Conelec, dice EcoCiencia, le negó los documentos bajo excusa de que son derechos de propiedad intelectual de Termopichincha.