El temor es que cuando las condiciones del mercado cambien –si la oferta mundial se incrementa (atraída por mejores precios) o la demanda cae (con el debilitamiento de la economía mundial)– el precio oficial nuevamente será incumplido y las antiguas disputas entre productores y exportadores revivirán.

Se debe aprender de la experiencia. Aprovechemos la buena temporada actual para zonificar las áreas bananeras e introducir mecanismos que eviten  conflictos futuros.