María Sharapova venció a la serbia Ana Ivanovic en la final del abierto australiano de tenis.

La rusa Maria Sharapova ganó por  primera vez el Abierto de tenis de Australia, primer Grand Slam de la  temporada, al derrotar a la serbia Ana Ivanovic en dos sets, 7-5, 6-3, ayer  en la final en Melbourne.

Este es el tercer título de Grand Slam que gana Sharapova, de 20 años,  después de Wimbledon en el 2004 y del US Open en el 2006. El año pasado, la tenista rusa fue  derrotada en la final de Melbourne por la estadounidense Serena Williams en dos sets (6-1,  6-2).

“Es genial. A veces es duro trabajar sin saber cuándo va a dar sus frutos.  Tenía un cuadro difícil, el más duro que nunca he tenido en Grand Slam”,  declaró la nueva monarca del Abierto australiano.

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SIN CEDER UN SET
Sharapova, quinta cabeza de serie, se abrió camino a la victoria final al  derrotar a la número uno mundial, Justine Henin, en cuartos de final, y puede  presumir de haber logrado el título sin ceder un set. También barrió a la ex número uno Lindsay  Davenport, que había ganado 19 de sus 20 partidos.

La rusa se mostró agresiva desde el comienzo del duelo y, salvo por un mal game al servicio en el primer set, que permitió a Ivanovic igualar a 4; Sharapova controló los puntos importantes contra su rival.

Sharapova, la primera rusa que gana en Australia, marcó la  diferencia con su derecha (10 ganadoras por 5). Mermada por una lesión en el hombro, Sharapova vio arruinada su temporada 2007 y salió del Top 5.
Inició su  retorno al primer plano en el Másters de Madrid, donde ofreció  una encarnizada resistencia a Henin en final.

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SILENCIO, POR FAVOR
Fue el Día Nacional de Australia, y los organizadores colocaron pequeñas banderas del país en cada butaca. Sin embargo, había también numerosas banderas de Rusia y Serbia.

Muchos aficionados llevaban carteles, incluido uno que decía: “Silencio, por favor, Maria”, en referencia a los gritos que la rusa emite al golpear la pelota, y que se intensifican cuando crece  la presión en los juegos.

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La final, bastante mediocre, quizás a causa del fuerte calor (35ºc), no despertó el entusiasmo del público que asistió al Rod Laver Arena.