Dos miembros del grupo armado vasco ETA, Igor Portu y Martin Sarasola, detenidos durante el fin de semana, fueron quienes realizaron el atentado contra el aeropuerto de Barajas, en Madrid, en el 2006, en el que murieron dos inmigrantes ecuatorianos, informó ayer el ministro del interior de España, Alfredo Pérez Rubalcaba.

En la explosión fallecieron los ecuatorianos Diego Armando Estacio Sivisapa, de 19 años, y Carlos Alonso Palate, de 35, que estaban durmiendo en vehículos dentro del edificio. Otro de los autores, Mikel San Sebastián, sigue prófugo.

Miembros de ETA confesaron detalles del ataque a la terminal de Barajas en Madrid, el 2006.

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Hasta ayer la única imagen que existía de los autores materiales del atentado terrorista que el 30 de diciembre del 2006 se cobró la vida de los ecuatorianos Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio era la de una mano de un miembro de la banda vasca ETA.

La cámara de seguridad del módulo D del estacionamiento del madrileño aeropuerto de Barajas logró captar, un día antes del atentado, a las 18:43, cómo un individuo retiraba con su mano izquierda el tiquete del estacionamiento antes de dirigirse a la segunda planta del lugar y situar el vehículo, una furgoneta Renault Traffic cargada de explosivos, en el parqueo número 311.

Esa mano pudiera pertenecer a los etarras Igor Portu, Martín Sarasola o a Mikel San Sebastián. Los dos primeros, detenidos el domingo pasado en la localidad de Mondragón (Guipúzcoa), y el tercero, prófugo de la justicia, son los tres responsables de la explosión que mató a los inmigrantes ecuatorianos, según anunció ayer el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.

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En su declaración ante la Guardia Civil, Sarasola confesó con “pelos y señales”, en palabras del funcionario, que el comando al que pertenecía, integrado por el también prófugo Joseba Iturbide, atentó en Barajas, hizo explotar en agosto pasado una furgoneta en un sector de la zona de Castellón y planificaba, en próximas fechas, colocar un coche bomba en un estacionamiento público de la zona comercial y financiera de Azca, a los pies del Paseo de la Castellana y la calle Capitán Haya, en Madrid.

El lugar escogido por los etarras y que lo recorrieron en diciembre está cercano al estadio de fútbol Santiago Bernabéu  y cuenta con multitud de establecimientos (bares, restaurantes y discotecas latinas) en los alrededores de la calle Orense.

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Sarasola, Portu, San Sebastián e Iturbide eran miembros “legales” de ETA, es decir, no fichados por la policía. Estos solían mantener una vida normal e, incluso, disponen de un trabajo fijo, se informó.  “Este comando especial, que comenzó a actuar en el 2001,  es responsable de las acciones más importantes” de la banda vasca durante los últimos años, destacó Pérez Rubalcaba.

El 1 de septiembre pasado, la Guardia Civil y la policía francesa detuvieron en una vivienda de la localidad Cahors, en el centro-sur de Francia, a Luis Ignacio Iruretagoyena, alias Suni, máximo experto de ETA en la fabricación de bombas y responsable de la que estalló en el aparcamiento de Barajas.

350 kilos de explosivos
En el lugar también se halló al menos 350 kilos de explosivos almacenados y un arsenal de armas. “Hoy ETA no tiene ni fábrica de bombas ni comando especial”, sentenció Pérez Rubalcaba. Añadió que cuando estalló la bomba en la terminal 4 del aeropuerto de Barajas, tanto el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, como él, prometieron que sus autores acabarían ante los jueces “y así ha sido”, dijo.

LAS VÍCTIMAS

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Diego Estacio Sivisapa
Ambateño

Diego Estacio Sivisapa, tenía 19 años cuando llegó al área de estacionamiento de la terminal 4 del aeropuerto de Barajas en la madrugada para recibir a unos compatriotas que llegaban de Ecuador. Esperaba cuando su novia salió a ver si llegaban. 

Carlos Alonso Palate
Machaleño

De 34 años, vivió en el barrio 8 de Noviembre de Machala, ciudad donde fue sepultado. Aparentemente esperaba en su auto en el aeropuerto madrileño de Barajas para recoger familiares cuando ocurrió la violenta explosión.