El técnico de la selección de Brasil,  Carlos Bledorn Verri,  Dunga,  dejó el pasado martes  inmortalizada la marca de sus  pies en la Vereda de la Fama del mítico estadio Maracaná de Río de Janeiro  junto a la de decenas de cracks históricos auriverdes como el rey Pelé.

Frente a una nube de reporteros, fotógrafos y camarógrafos locales y  extranjeros, Dunga  se hizo presente en el escenario carioca con el secretario  de Turismo, Deporte y Ocio del estado de Río de Janeiro, Eduardo Paes, en un  homenaje del Gobierno a la trayectoria del actual timonel auriverde.

Vistiendo pantaloncillo verde y  camiseta blanca de la Confederación  Brasileña de Fútbol (CBF),  Dunga  (43 años) firmó autógrafos a varios  admiradores, posó para los fotógrafos y luego de descalzarse dejó la marca de  sus pies en el espacio dedicado a estrellas del fútbol brasileño, debajo de la tribuna principal del escenario.

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Su fútbol tosco fue la marca registrada de la selección brasileña dirigida  por Sebastiao Lazaroni, que fracasó al caer en octavos de final del Mundial de  Italia 1990 a manos de Argentina con un juego excesivamente defensivo y poco  creativo.

Pese a ser la antítesis del tradicional jogo bonito auriverde,  Dunga fue  citado por el técnico Parreira, cuando este reemplazó a Lazaroni.

Cuando alzó la Copa de 1994  Dunga  se convirtió en leyenda y volvió a ser  convocado para el Mundial galo, en cuya final Brasil cayó ante los locales  (3-0).

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Ese juego fue su último partido en la selección y al año siguiente cerró su  carrera.