Brasil, Argentina, Chile, Colombia, Perú y Ecuador son "amigos" de Estados Unidos, en tanto que el presidente venezolano Hugo Chávez alienta la "división" de Sudamérica, dijo Nicholas Burns, subsecretario estadounidense de Asuntos Políticos, en una entrevista publicada este domingo por el diario O Estado de Sao Paulo.
"En América del Sur, nuestro foco está en los amigos, en Brasil, Argentina, Chile, Colombia, Perú, Ecuador, en todos los países amigos que tenemos", dijo Burns, que la semana pasada visitó Brasilia y Buenos Aires.
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"Tenemos una agenda positiva con el presidente (brasileño) Lula. Tenemos una agenda positiva con el presidente Uribe, de Colombia", expuso el funcionario.
"No tenemos exactamente una relación con Hugo Chávez, porque él decidió no tener una relación. En nuestra visión, la suya es una política de lo negativo, de la división. Trata de crear un movimiento contra Estados Unidos", añadió.
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"La agenda con Brasil es positiva, con Argentina es positiva, con Perú es positiva. Pero la agenda con Chávez no lo es. Fue su opción y él es libre de tener sus opciones, pero no debemos seguirlo", añadió.
"En nuestra visión, la agenda de Chávez representa una política del pasado: nacionalización de industrias, discurso contra Estados Unidos. Eso es pasado, no es futuro", declaró.
El viaje de Burns precedió el que hará el presidente George W. Bush a inicios de marzo a Brasil, Uruguay, Colombia, Guatemala y México.
Según analistas, la Casa Blanca, que estos últimos años estuvo absorbida por la guerra de Iraq, quiere recuperar influencia en América Latina, donde Chávez, apoyado en la diplomacia petrolera, gana espacio.
Aliados del mandatario venezolano gobiernan en Bolivia, Nicaragua y Ecuador, un país al que sin embargo Burns mencionó al inciarse la entrevista entre los "amigos" de Washington.
Burns indicó que la agenda positiva de Washington incluye "conversaciones sobre cambios climáticos, biocombustibles, comercio, reducción de la pobreza, justicia social y turismo".
Elogios especiales mereció Brasil, al que definió como "el país más poderoso de América del Sur", que sigue "una agenda muy responsable, muy cooperativa, muy positiva en América del Sur y en la relación Sur-Sur".