Según científicos de la Universidad, ese tejido es un paso más hacia la creación de partes lesionadas del corazón humano y hasta la de un nuevo órgano a partir de un puñado de células cardiacas.

El tejido ha sido creado mediante un sistema de bioingeniería, llamado BEHM, a partir de un gel de fibrina que se diluye y puede generar pulsaciones y reaccionar al estímulo como un músculo real, señalaron los especialistas.

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Aunque BEHM está todavía muy lejos de utilizarse en un tratamiento para enfermedades cardiacas en seres humanos o para el diseño de nuevos medicamentos, el equipo científico afirma que el método podría acelerar el avance con ese propósito.

“Con estos resultados podemos decir que al utilizar el gel de fibrina se consigue un producto que está listo a los pocos días”, expresó Ravi Birla, del Laboratorio de Corazón Artificial del Departamento de Cirugía Cardiaca del Centro Cardiovascular de la Universidad de Michigan.

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Además, agregó, “se organiza, comienza a contraerse con una fuerza considerable medible, y responde adecuadamente a factores externos, como el calcio”.

Mecanismo
Según el avanzado estudio, las fuerzas de contracción aumentaron cuando los tejidos creados por el sistema BEHM fueron bañados con una solución de calcio y un medicamento que actúa sobre los receptores celulares.

Ambas sustancias son importantes para producir las señales que se necesitan con el fin de lograr una acción de las células que se encuentren dentro del tejido, se indicó en el informe.