Las imágenes del derrocamiento de Lucio Gutiérrez de la Presidencia de la República, el 20 de abril del 2005, aún persisten en la mente de los ecuatorianos. La Plaza Grande llena de manifestantes que rodean el palacio de Carondelet y desde la terraza de este un helicóptero que despega con el  mandatario.

La gente eufórica se toma el palacio y otros grupos van al aeropuerto Mariscal Sucre, en el norte de Quito, donde Gutiérrez, casi cayéndose,  logra abordar una nave y salvarse de un intento de linchamiento.

Aquel era el corolario de varias jornadas de protesta, protagonizadas por cientos de quiteños denominados 'Los Forajidos', por el calificativo despectivo que el propio Gutiérrez les dio días antes.

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Con el paso de los meses, la acción de 'Los Forajidos' fue quedando para la historia. Hubo libros, canciones y debates sobre el fenómeno. Aquella fuerza fue disminuyendo. En esa ocasión incluso intervinieron policías y militares para impedir el acceso de los buses que llegaban de provincias con gente que decía respaldar al mandatario y que podrían enfrentarse a 'Los Forajidos'.

Hoy, cuando los resultados electorales le dan el tercer lugar en la carrera presidencial a Sociedad Patriótica –el partido de Gutiérrez– surgen  interrogantes: ¿Qué pasó con la fuerza de 'Los Forajidos'? ¿Cuánto pesó su influencia política si SP logra un cuarto lugar en Pichincha, la base de ese fenómeno social?

María Paula Romo, dirigente del grupo Ruptura de los 25 y parte del movimiento de 'Los Forajidos', reconoce que hay gente que apoya a los Gutiérrez pero aclara que en Pichincha, si bien alcanza el cuarto lugar, tiene solo el 10%, “lo que quiere decir que el 90% no votaría por ellos”.

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Explica que si bien la alta votación de SP puede expresar el rechazo al derrocamiento de Lucio Gutiérrez, “también cuestiona el incumplimiento de Alfredo Palacio”. Señala que igual sucedió con el PRE, después de la caída de Abdalá Bucaram se mantuvo como una gran fuerza electoral.

Mauricio Gándara, parte de 'Los Forajidos', ocupó el Ministerio de Gobierno en la presidencia de Alfredo Palacio tras la caída de Gutiérrez. Ahora, reconoce los resultados electorales de SP pero culpa al actual mandatario.

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“Las esperanzas de cambio se esfumaron con el nuevo gobierno porque el Presidente no dio paso a las reformas y vino un nuevo dominio de la partidocracia”, afirma. Relata que él tenía lista la consulta para la reforma política pero Palacio se dejó influenciar por León Febres-Cordero y la ID, y se le pidió la renuncia.

Gándara considera que la votación de SP se basa en las ofertas populistas hechas en la Sierra y el Oriente y por la entrega de regalos como picos y palas. “En el Oriente se habló de una gran carretera; igual se ofrecieron obras en muchas partes del país, pero todas quedaron en expectativas, nunca se cumplieron”, dice.

Explica que la esencia del movimiento forajido se mantiene en Quito y Cuenca, donde hoy se evidencia un alto respaldo al candidato Rafael Correa, con su discurso contra la partidocracia. “Correa era un joven poco conocido que fue parte activa de la lucha forajida”, refiere.

María Paula Romo indica que la pérdida de la fuerza forajida se debe a que fue un movimiento espontáneo, no planificado, mientras César Montúfar, de Clave Democrática, destaca que los propios persecutores de Gutiérrez han sido los impulsores de su campaña, al victimizarlo, al ayudar a que su imagen se convierta en perseguido político.

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Menciona que ahora hay que respetar los resultados. Pero advierte: “SP y el Prian, que van a tener mayoría en el Congreso, deberán demostrar que no caerán en los mismos vicios de Lucio Gutiérrez, como el clientelismo, autoritarismo, privatización a favor de particulares y nepotismo. Sin duda la gente estará atenta”.

“La revuelta de los forajidos no estaba planificada ni organizada, era un movimiento ciudadano provocado por Gutiérrez. Creció y duró hasta la caída. Hoy, unos están en sus casas, otros en el Gobierno.”
María Paula Romo
Ruptura de los 25
“El movimiento forajido estuvo en contra del gobierno autoritario de Gutiérrez, que provocó una ruptura constitucional e hizo que este depusiera. No fue un movimiento orgánico ni político.”
César Montúfar
Clave Democrática