John se degradó este domingo a depresión  tropical tras provocar inundaciones en la península de Baja California, al  noroeste de México, que dejaron a unas 10.000 personas incomunicadas al  provocar fuertes lluvias por tercer día consecutivo.
  
Las precipitaciones causaron el desbordamiento de la presa de Iguagil, en  el municipio de Comondú, en el norte de Baja California Sur, dejando  incomunicadas a 10.000 personas en 15 comunidades montañosas, informó el  gobierno estatal.
  
Comondú es uno de los tres municipios, junto a los de Loreto y Mulegé, que  continuan en alerta máxima por John, pues aunque el centro del meteoro ya  superó esa zona, las lluvias persistían.
  
El meteoro tocó tierra el viernes como huracán de categoría dos en la  escala Saffir Simpson (de cinco) por el sur de la península y avanzó lentamente  desde entonces a lo largo de Baja California Sur, degradándose hasta  convertirse en depresión tropical la tarde de este domingo.
  
A las 00h00 GMT del lunes, su centro se encontraba a 80 km al noroeste de  Santa Rosalía y se desplazaba a 11 km/h en dirección noroeste, hacia el vecino  estado de Baja California, según el Centro Nacional de Huracanes de Estados  Unidos.
  
La fuerza de sus vientos se sitúa en 55 km/h y las fuertes lluvias  provocaron el desborde de arroyos, que anegaron las carreteras de la región.
  
El ímpetu de esas corrientes era tal que arrastraron tres equipos de  maquinaria pesada con los que el gobierno estatal trataba de reparar los  daños.
  
Tres miembros de una familia que habían sido dado por desaparecidos el  sábado cuando una riada se llevó su casa, fueron encontrados a salvo la mañana  del domingo, refugiados en lo alto de un cerro.
  
Las autoridades locales no ofrecieron ningún balance de daños, ya que  todavía estaban recabando información. Una rotura de un cable de fibra óptica  dejó al sur del estado sin servicio de internet, llamadas de larga distancia y  teléfonía móvil.

En el sur de la península, donde John provocó durante viernes y sábado  desbordes de ríos, caídas de árboles, postes telefónicos y carteles  espectaculares, además de llevarse los techos de lámina de algunas casas, se  fueron restableciendo las comunicaciones y servicios.

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La mayor parte de la capital, La Paz, y del turístico municipio de Los  Cabos, tenían de nuevo electricidad y las carreteras volvían a ser  transitables, aunque la circulación era lenta.

Mientras el aeropuerto internacional de Loreto permanecía cerrado, el de La  Paz fue abierto, aunque hasta la tarde del domingo no estaba previsto que se  inicien los vuelos. El de Los Cabos funcionaba con normalidad.
 
A éste último es al que llegó el presidente mexicano, Vicente Fox, para  realizar una visita a la zona afectada por John.
  
El mandatario tenía prevista una reunión con empresarios locales, una  visita a un refugio y un encuentro con el gobernador estatal para recibir un  reporte de los daños ocasionados por la tormenta.
  
En todo el estado se habían habilitado 131 refugios, en los que se llegaron  a contabilizar 30.000 personas.