Las cosas no están como para medias tintas. Y el periodismo televisivo hace bien en no contribuir a que casos como el de la muerte infame de 29 niños en el hospital de Chone quede en la impunidad, que parecía su destino natural, una vez que directores, ex directores y otros funcionarios enjuagan sus manos para evadir responsabilidades.

El jueves pasado, en el renovado ‘Noticiero Nacional’ de Gamavisión se presentaron documentos que comprobarían la negligencia de las autoridades frente a las advertencias y pedidos que se realizaban desde Chone. El Ministro de Salud no pudo seguir negando las cosas y fue destituido durante el largo feriado “por no recorrer los hospitales del país”, como expresó el presidente Alfredo Palacio.

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¿Se deben quedar ahí los “perros guardianes”, como se conoce a este tipo de periodismo que vela por los derechos de los ciudadanos frente a las acciones (o inacciones) del poder? No, un ministro destituido no es un triunfo ni un objetivo… 29 niños muertos retratan con crueldad el colapso de la salud pública en el Ecuador y eso no es algo puntual ni coyuntural.

Menos aún se puede reducir a lo anecdótico, como se hace en ‘Contacto directo’ de Ecuavisa: “¿Quién miente sobre la asignación y entrega de recursos al hospital de Chone, el Ministro de Salud (e) o el Director del hospital de Chone (e)?” . Dejarlo como una polémica entre dos funcionarios hace perder de vista la acumulación de episodios de inoperancia administrativa que se prolongaron incluso cuando el Presidente de la República ordenó el cierre del centro hospitalario, pero siguió operando porque no se disponía de ambulancias y/o helicópteros para trasladar a los pacientes.

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Quienes saben de periodismo dicen que la pregunta clave del oficio es “cómo”. Ella conduce a entender el funcionamiento de las cosas y finalmente a la verdad. Por lo contrario, los “por qué” conducen a tomar posiciones sin descubrir algo. En el caso de Chone, los por qué conducen a ‘Cero tolerancia’, donde el último domingo el ministro Barberán se dio el lujo de plantear que “el trágico hecho que se produjo en el hospital Napoleón Dávila de Chone debe convertirse en una fortaleza para corregir errores en el sistema hospitalario del país”. ¿La muerte de 29 bebés una fortaleza?
Y lo dijo sin ruborizarse… Todo un borra y va de nuevo sustentado en los “por qué” que nos ofrecerá una “comisión médica de alto nivel formada para hacer una investigación profunda”.

Sí, las preguntas que sirven van por ahí: ¿Cómo se permitió que murieran uno por uno, 29  infantes? ¿Cómo nadie hizo nada? ¿Cómo funciona el sistema de salud para que desemboque en esta matanza? ¿Cómo están los demás hospitales públicos de otras medianas y pequeñas ciudades del país?

¿Los perros guardianes serán tan lúcidos para formular los cómo?